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Voto de Sines Crúpulos:
7
Drama Walt Kowalski (Clint Eastwood), un veterano de la guerra de Corea (1950-1953), es un obrero jubilado del sector del automóvil que ha enviudado recientemente. Su máxima pasión es cuidar de su más preciado tesoro: un coche Gran Torino de 1972. Es un hombre inflexible y cascarrabias, al que le cuesta trabajo asimilar los cambios que se producen a su alrededor, especialmente la llegada de multitud de inmigrantes asiáticos a su barrio. Sin ... [+]
12 de marzo de 2009
51 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clint, una vez más, juega con la ética como con un blandiblú: se la pasa por los cojones, te la tira a la cara, hace figuritas cachondas... pero el tío es un maestro del birlibirloque y te engatusa, te hace reir, e incluso te toca un poco, aunque muy de refilón, la fibra sensible. El rifle como mejor amigo, una planta de anciano envidiable y un coche maravilloso, aunque a mí, que no entiendo mucho, me parece un cuatro latas.

Todo en orden. Un 6.

Pero amigos, ojo. El fin está cerca. Los jóvenes españoles que se hicieron actores en los 80 terminaron con el cine patrio. Lo mataron a sangre fría con sus interpretaciones de EGB. Ya está más o menos asimilado. Es una putada, pero en fin, hay más países en el mar.

¡Cuidado: esto también puede estar cerca del fin! Ahora la juventud española, esa que no sabe ser útil si no pasa hambre, que en época de vacas gordas se deja llevar por el capricho y la apatía, ha invadido definitivamente uno de los pocos terrenos de los que podíamos sentirnos orgullosos: el doblaje. Sí, desde hace unos años vienen contaminándolo con sus voces amelódicas y sus entonaciones anti naturales, pero aún se podía sentir el fresco en la alargada sombra de las generaciones anteriores. Ya no. Esta película constituye el final de este infravalorado arte. Es penososo y avergüenza a cualquiera. En la sala más de 5, y más de 6, metíamos la cabeza debajo de la butaca abochornados.

Se acabó. Caput. Estos chavales le han cortado los huevos a Constantino, lo han grabado en móvil y lo han colgado en internet. Si ya eran pocos los argumentos (por no decir ninguno) que teníamos los que vemos el cine extranjero en español, ahora no nos queda nada, se acabó el séptimo arte para nosotros.

Damas y caballeros, madres y niños: arránquense las orejas. Reviéntense los tímpanos. Sumérjanse en mercurio. Ya no hay vuelta atrás.
Sines Crúpulos
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