Flojita, flojita. La adaptación al cine del comic del mismo título nos ha dejado, ante todo, una sensación de "dejà vu". Y es que la peli pisa todo el tiempo la delgada línea que separa el homenaje del plagio. Desde luego, no es lo mismo inspirarse en, que plagiar una película.

Porque vamos a ver, el argumento viene a ser lo mismo que el de "Underworld" (Len Wiseman, 2003) pero sustituyendo los vampiros y hombres-lobo por demonios y gárgolas. Y en medio de esta guerra que se libra a la espalda de la humanidad, se encuentra un inadaptado que en principio no toma parte en ninguna de las partes de semejante fregado. Me viene a la cabeza aquella frase de Clint Eastwood en "Por un puñado de dólares": "Los Baxter a un lado, los Rojo al otro, y yo en medio".

No se detiene aquí el afán copiador-homenajeador de la cinta: en el interior del complejo tecnológico de los demonios se nos muestran cientos, miles de cadáveres en estado latente (?) prestos a ser resucitados, enganchados a una máquina, que curiosamente recuerda aquella que aparecía en "Matrix". También de "Matrix" parecen salidos los demonios, en traje negro de ejecutivo y corbata, cual Agente Smith.

En fin, que la película soslaya temas que podrían tener cierto interés como la dualidad mente-alma, el bien y el mal o el libre albedrío para acabar siendo una cinta de blockbuster del montón.