Línea de correos de San Francisco a San Luis servido por diligencias. Una voz nos informa al comenzar la cinta que en 25 días, si todo iba bien, recorrían los 2.700 kilómetros que separan ambas ciudades. El precio del billete que debían pagar los escasos pasajeros que se atrevían con el viaje no era barato, 200 dólares oro, eso sí, con derecho a comida y alojamiento en las paradas. Se trata de las postas que idearon ya los romanos en su red de calzadas para ofrecer cabalgaduras de repuesto y un lugar de descanso para los viajeros.
En una de ellas, Rawside Station, en medio del camino y de la soledad hay un veterano en el oficio, Sam Todd (Buchanan), y el hijo de un directivo de la compañía de diligencias a quien su padre quiere foguear e introducir en el negocio, Tom Owens (Power), que está deseando volver al Este. La presencia en la zona de unos forajidos escapados de la prisión obliga a la bella Vinnie Holt (Haywart), artista de saloon de oficio que viene de San Francisco, a permanecer contra su voluntad en la posta junto a una sobrina que tiene a su cargo.
Naturalmente los bandidos hacen pronto su aparición adueñándose de la estación. Son cuatro, pero destacan por su porte elegante el que hace de jefe, Zimmerman (Marlowe) y por su peligrosidad Tevis (Elam), los otros dos son unos pobres diablos. El reloj marca las 13'30, en las siguientes 24 horas debe llegar una diligencia que viene de San Luis y la siguiente desde San Francisco, esta con un cargamento de oro.
El infierno se ha instalado en Rawside (Látigo) y en solo unas horas debe producirse el desenlace de la trama. Esta es la esencia de la obra, ocho personajes (niña incluida) en un lugar cerrado y solitario. Como en una obra de teatro, menos medios humanos y técnicos casi imposible. El director aprovecha con maestría la bondad del guión para presentar el carácter de cada uno de ellos. Se trata de una situación límite donde Tom, titubeante al principio, asumirá pronto la responsabilidad que le exige la situación, eso sí, con el apoyo y con el ejemplo que le brinda la valerosa Vinnie. Entre los malvados hay también sus diferencias, pues el lascivo Tevis no acepta las amenazas y órdenes de Zimm.
Western donde por encima de todo brilla el análisis psicológico de los personajes magistralmente retratados por la cámara. El ritmo es pausado al comienzo para ir ganando en intensidad a medida que transcurre la trama. Los toques humorísticos corren a cargo de secundarios brillantes como Buchanan, que prefiere ir "Mojado por dentro y seco por fuera", cuando le sugieren que se bañe.
Pero también western de diligencias, dedicado en esta ocasión a la línea que unía los dos océanos y que peyorativamente fue conocida entonces como la "Diligencia de los borricos". No sabemos si en alusión a los animales que formaban el tiro o a los viajeros que se atrevían a usarla. En cualquier caso una gran película.