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Argentina Argentina · BOULOGNE
Voto de EKELEDUDU:
10
Drama. Bélico Berlín, abril de 1945. La guerra está sentenciada, pero en las calles de la capital del Reich todavía se libra una encarnizada batalla. Adolf Hitler (Bruno Ganz) y sus fieles se han atrincherado en un búnker. Entre ellos se encuentra Traudl Junge (Alexandra Maria Lara), la secretaria personal del Führer. En el exterior, la situación se recrudece. A pesar de que Berlín ya no puede resistir más, Hitler se niega a abandonar la ciudad y, ... [+]
16 de marzo de 2009
43 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy rara vez Hollywood ha brindado algún retrato creíble de Hitler o de cualquier otra figura destacada de la Alemania nazi, si es que lo ha hecho alguna vez. La cinematografía de los Estados Unidos siempre optó por una postura absolutamente maniquea, mostrando a las tropas de su país como los héroes y a los alemanes como los monstruos que se regodeaban en la maldad. Olvidan (o no les importa) que manzanas podridas hay en cualquier bando, y que los malos, por lo general, no se aceptan como tales. Esta película, que no procede de Estados Unidos sino, precisamente, de Alemania, muestra al Führer y a sus colaboradores desde ese ángulo tan poco explorado. No es que se nieguen los crímenes cometidos en ese período tan tenebroso de la Historia, no es que Hitler y su entorno se vuelvan queribles. Sencillamente, uno entiende, aunque no comparta ni justifique, qué motivos los impulsaron. Hitler no se veía a sí mismo como un monstruo. Al contrario, iba a llevar a Alemania a la grandeza y al mundo a una nueva Era Dorada. El nacionalsocialismo era el sueño que se derrumbaba para angustia de quienes querían ese futuro para su país. Viendo a Hitler y al matrimonio Göbbels sufrir por ese sueño tan acariciado que se desvanece, uno no puede menos que lamentar que no hayan luchado, y más exitosamente, por una mejor causa. Porque uno, a priori, no le desea dolor a nadie, pero hay cosas inadmisibles. Y no obstante, uno se lamenta igual, y no sólo por el Führer y sus incondicionales, sino también por esta maldita Humanidad que tan poco acierto demuestra a la hora de hacer elecciones. Decididamente, un enfoque distinto.
EKELEDUDU
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