Pues no. "¡Shazam! La furia de los dioses" no es peor que "¡Shazam!" (2019). Seguramente nosotros, y me incluyo a mi, no penséis, nos hemos vuelto peores espectadores en estos cuatro años. Pero esta secuela no es peor que su predecesora; y lo digo considerando aquella como lo mejor del binomio Warner/DC post Nolan y pre Gunn. Puesto que le quedará a perpetuidad, intuyo.
David F. Sandberg vuelve a ponerse al frente en esta continuación que, sí, me ha hecho algo menos de gracia que la de 2019. También seguramente me ha resultado más mecánica y poseedora de menos alma. Aunque ciertamente mi mayor problema con "¡Shazam! La furia de los dioses" es la relativa poca acción que tiene. Salvo el tercer acto, que es pura y dura dinamita, no hay más que escenas sueltas. Y eso, en un blockbuster de más de dos horas, desemboca en una cinta que se puede hacer larga y reiterativa.
Y una última cosita: confirmo que no soporto a Rachel Zegler.