Excelente quinto episodio o segundo de la trilogía clásica, que en cualquier manera se convierte en uno de los referentes del cine de ciencia-ficción de todos los tiempos. Puede considerarse como la mejor de toda la saga debido a factores como un guión más complejo y trabajado, el desarrollo dramático de los personajes que fueron introducidos por primera vez en la anterior obra (especialmente Han Solo y Leia) y la inclusión por primera vez de algunos nuevos ciertamente memorables (como Yoda). Además, la historia en sí es sin duda la clave de la saga porque se explican muchas cosas que otorgan sentido en sí a la trilogía e incluso a la precuela. Las explicaciones que necesitábamos encontrar e incluso giros argumentales impactantes. Por lo tanto considero que muestra una clara evolución partiendo ya de un comienzo francamente admirable.

Además, su puesta en escena es fabulosa anticipándose una vez con su llamativa fotografía y efectos especiales al desarrollo del cine de la década de los ochenta. Desde luego nos trasladan a un mundo exterior lleno de detalles, como si nos encontráramos allí. Y por supuesto también hay que destacar, una vez más, el diseño interior y exterior de las aeronaves. Pienso que realmente no tiene nada que envidiar incluso a cintas de varias décadas posteriores, puesto que aprovecharon al máximo el gran presupuesto marcado gracias al tremendo éxito de la anterior. En cuanto a la dirección, no se nota negativamente el que no se encargue Lucas, pues Kershner ejecuta con maestría esa labor.

La conclusión de este largometraje nos causa la inmediata necesidad de ver la siguiente película, de manera que con el desarrollo que ofrece de esta historia, que podemos decir que relanzó de forma definitiva la saga. La mayor parte de los millones de fans mundiales posiblemente se creó a partir de esta espectacular secuela y, entre otras cosas, por la acertada filosofía Jedi de mensajes de autoconfianza y superación personal.