Cuando era pequeño tenía mucha curiosidad por ver esta película, puesto que siempre me ha apasionado el tema de los viajes en el tiempo. Mucho tiempo después (y no sé por qué esperé tanto) he podido ver esta película pero seguro que con el mismo agrado e ilusión que si lo hubiera hecho en su día. Se trata de la primera obra cinematográfica de la historia que trata sobre viajes en el tiempo y concretamente al futuro. Me ha parecido espléndida. Se halla impregnada de múltiples reflexiones sobre viajes en el tiempo, el futuro, la posibilidad de realizar importantes cambios y demás consecuencias.

Por otra parte, los efectos especiales son fabulosos, destacando especialmente los asociados al transcurso acelerado del tiempo y que aportan un marcado dinamismo. También se hallan bien elaborados todos los decorados, tanto en la casa del inventor como en el exterior. No existen demasiados personajes, pero la interpretación de Rod Taylor es buenísima como también de una jovencísima Yvette Mimieux.

En resumen, una deliciosa cinta de ciencia-ficción que nos deja muy buen sabor de boca, anticipándose e influyendo enormemente en las películas de viajes en el tiempo de décadas posteriores. Rematada con una conclusión perfecta.

El resto de la crítica va directamente a spoiler por comentar partes importantes del argumento.