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España España · San Sebastián
Voto de RavenHeart:
8
Drama. Intriga Dos exguerrilleros se reencuentran 30 años más tarde en una excavación ilegal, donde buscan el cuerpo de un compañero desaparecido. La tensión y los secretos escondidos durante ese tiempo aflorarán a medida que se acerquen a la impredecible solución final. (FILMAFFINITY)
5 de enero de 2011
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de Lacuesta está claramente influenciada por su carrera documentalista. No hay apenas simbolismo en esas imágenes selváticas ni se quiere abusar del entorno natural más allá del retrato. Lo cierto es que la técnica documental aplicada a la ficción tiene aquí un claro propósito y es el de buscar la imparcialidad para que sea el espectador el que entre a valorar la historia que se le cuenta. El film no se posiciona sobre el verdadero valor de los ideales, el deber por encima de la amistad o la traición en tiempos de guerra, sino que somos nosotros los que tenemos que entrar en cuestiones nada fáciles sobre el concepto del héroe en la lucha armada. Es todo un acierto si se piensa que los mensajes del film son universales, de ahí que la referencia al conflicto vasco no sea casual. De hecho, en ningún momento llegamos a saber exactamente en qué lugar estamos situados, aunque el acento argentino de los actores los delata.

Resulta sorprendente que Lacuesta haya sabido hacer suyos temas puramente latinoamericanos, un continente cuyo cine ha quedado irremisiblemente marcado por un pasado de dictaduras y contiendas civiles. El ejemplo más claro es el de la visión de todos estos hechos desde la perspectiva de las nuevas generaciones, una preocupación que podíamos ver por ejemplo en la fantástica Calle Santa Fé, de la chilena y también documentalista Carmen Castillo. Hay mucho de ese choque generacional en Los condenados, la decepción de unos luchadores que después de tanto defender sus ideales se encuentran con unos jóvenes divididos entre los que sienten una total desgana por el pasado y los que juegan a ser soldados revolucionarios armados con camisetas del Ché Guevara.

A destacar todo el reparto, intérpretes de miradas poderosas y resonantes capitaneados por un fantástico Daniel Fanego (Luna de Avellaneda) y unos solventes Arturo Gotees, y Leonor Manso, rostros ajados y amargados por la culpabilidad o el rencor pero que a veces encuentran un pequeño momento para emborracharse y mirar hacia atrás con nostalgia. En el plano técnico, además de las citadas tomas paisajísticas y una cuidada fotografía, merece la pena hablar del estupendo trabajo realizado por los técnicos del equipo de sonido. Se ha hecho especial hincapié en los ruidos opresivos de la selva a los que imita por momentos la música de Gerard Gil y que contribuyen a crear una atmósfera claustrofóbica e incluso amenazante.

Merecidísimo premio FIPRESCI otorgado en el Festival de Cine de San Sebastián. Habrá que seguir con atención la trayectoria de éste magnífico realizador con los ojos puestos en la inmensidad del mundo. Una vez más, parece que España tiene que volverse hacia Latinoamérica para -nunca mejor dicho- desenterrar viejos fantasmas.
Keichi
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
RavenHeart
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