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Voto de GonzaloyGracias:
8
Drama En julio de 1967, graves disturbios raciales sacudieron la ciudad de Detroit, en el estado de Michigan. Todo comenzó con una redada de la policía en un bar nocturno sin licencia, que acabó convirtiéndose en una de las revueltas civiles más violentas de los Estados Unidos. Los incidentes más graves ocurrieron en el motel Algiers, cuando miembros de la policía y la Guardia Nacional acudieron ante unos disparos de un arma de fogueo. (FILMAFFINITY) [+]
22 de octubre de 2017
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Detroit de Kathryn Bigelow (En tierra hostil), con guion de Mark Boal, es una inmersión en los disturbios raciales y sociales que se produjeron en esa ciudad en 1967, y que la convirtieron en una auténtica zona de guerra. La intención de la directora no es tanto contarnos los orígenes y causas de la discriminación racial, la degradación social de los barrios de Detroit o meramente narrarnos los hechos como en un documental. Su intención, como en sus filmes anteriores, es sumergirnos literalmente en los episodios que va a narrar. La directora busca la autenticidad, la fisicidad, la intensidad insoportable: que sintamos el olor, el miedo, la claustrofobia que están sintiendo los personajes, transmutados en los personajes “reales” que vivieron los hechos. Esta es la pretensión, evidentemente, tan arriesgada como discutible de la directora. En esa falta de distanciamiento se corre el riesgo de caer en el género, en el espectáculo, aunque yo creo que no cae…
Por lo tanto el montaje del film, la puesta en escena, la música, el uso de la cámara al hombro, las extraordinarias interpretaciones, se ponen a servicio de ese fin: situar al espectador en medio de los disturbios, del caos, de la debacle del espíritu que es una batalla -y esta lo es- donde la humanidad queda en suspenso, y donde la violencia y la muerte son la únicas “leyes” que rigen el comportamiento.
Bigelow despacha las causas y orígenes de los disturbios con breves trazos -no le interesan, los da por sabidos-, introduce luego a los personajes de forma impresionista y efectiva y desde ahí salta al clímax de los sucesos: el motel donde se producen los hechos más salvajes dentro de la violencia incontrolada de esas jornadas. En ese motel, algunos policías, aprovechando la impunidad que les proporcionaba el caos, desataron sus peores instintos racistas y sexistas y sometieron a tortura y asesinaron a tres personas, a tres negros, evidentemente. Ese elemento sexista -los negros están con dos blancas- es un hecho determinante para desencadenar la brutalidad policial.
Película discutible en su forma de acercarse a los hechos, pero ejercicio cinematográfico impactante, irreprochable en su formato.
GonzaloyGracias
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