Los seres humanos tenemos una forma de ser algo rara. Sólo así se pude entender la atracción que sentimos por psicópatas, asesinos en serie, por tramas llenas de asesinatos, mutilaciones... en definitiva por lo más abyecto de la naturaleza humana. Esa es una de las explicaciones que le doy a que un personaje como el doctor Hannibal Lecter haya sido protagonista de cinco películas y al menos tres libros. Se trata de un personaje llamativo, amenazante, intrigante y atractivo.
En esta ocasión, tenemos la primera aparición del célebre psiquiatra en una novela, pero la tercera en llevarse a la pantalla con Anthony Hopkins interpretando al doctor antropófago, ya que antes ya hubo una adaptación de Michael Mann titulada "Hunter" en la que el papel recaía en Brian Cox. En esta primera novela, como en la segunda, el personaje de Lecter no es el central, sino que es una especie de antagonista lo que funciona bien. En "El silencio de los corderos" era Clarice Starling, en esta ocasión es Will Graham, interpretado por Edward Norton quien será el que detenga al psiquiatra caníbal tras que intente asesinarle. Personaje intersante este Graham y bien interpretado por Norton. No es plano sino que tiene sus aristas y su evolución, un personaje que ha estado convaleciente en "un centro de reposo". En una crítica anterior leí que se trataba de otro psicópata que reprimía sus impulsos y para demostrarlo exponían la escena del supermercado cuando está con su hijo. No estoy de acuerdo. Si mi trabajo fuera tratar con lo peor de la humanidad, hubieran intentado asesinarme y después comerme creo que también me hubieran tenido que internar en un psiquiátrico. Graham tiene miedo de que lo peor de la humanidad, lo más rastrero le afecte a él y por extensión a su familia. Tiene un don (atrapar a psicópatas) y este don le está afectando, precisamente porque es un buen hombre. Si fuera un psicópata, no le afectaría en absoluto.
Por lo demás, la película no pasa de ser un thriller como se han visto mil. es una pena que un personaje tan legendario para muchos haya terminado de esa manera (fue peor lo de "Hannibal: el origen del mal" o algo así). Y eso pasa por poner en la dirección a un tipo como Brett Ratner que puede valer para "Hora Punta" pero no para cosas de más enjundia y más sutileza. Su torpeza se ve desde el primer minuto y no da lugar para el suspense ni consigue un ambiente más allá del rutinario. El reparto es de campanillas: Edward Norton, Ralph Fiennes (como el malo, no destripo nada, se ve al principio) y secundarios como Harvey Keitel (que pedía más protagonismo), la adorable Emily Watson (de lo mejorcito del film) y Phillip Seymour Hoffman en esos papeles tan desagradables que tan bien se le dan y cómo no, Anthony Hopkins que en esta ocasión se olvida un poco de la contención de trabajos anteriores y está un poco desmadrado, sobreactúa bastante y es una pena seguramente porque el director no supo atarlo en corto.