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Voto de Ford Farleine:
2
Comedia Noah Griffith (Jonah Hill), un estudiante universitario que ha suspendido el curso, regresa a casa de su madre y empieza a trabajar de canguro. Pero lo que empieza siendo un favor se transformará pronto en algo desastroso, que involucra a tres niños -nada angelicales- en una inolvidable aventura nocturna por las calles de Nueva York. (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es verdad que a veces hay algunas películas que pretenden ser de miedo y resultan de chiste (“Dylan Dog”) pero es que también hay algunas películas que son de risa y que dan miedo. Esta es una de ellas. A mí me da pavor que una película que se pretende dirigida a un público infantil, que está protagonizada por niños, aparezcan tantas cosas salidas de tono: sexo, drogas, tacos… vamos todo lo necesario para que un chavalín vea una película. No la van a poder ver ni los protagonistas, lo que ya es triste. Yo me imagino que voy con mis hijos a ver una película familiar y me encuentro con semejante galería de chistes sobre cocaína, porros, sexo oral, robos, disparos… y se me queda una cara de pasmo y una expresión de terror que ni con la saga de “Paranormal Activity”.
Pero aparte de eso es que la película no tiene ni pizca de gracia. Sólo se vale de las gracietas de tipo “caca, culo, pedo, pis” y con eso ya no se ríe nadie. Para eso, mejor las de Mariano Ozores que esas sí que eran graciosas. Esos chistes zafios y cutres sobre el sexo que no hacen reír ni a los adolescentes, esas escenas que pretenden ser cómicas pero que dan vergüenza ajena… y encima todo con esa moralina barata con la que el protagonista sermonea a todos los personajes. Si no fuera lo suficientemente insoportable ya todo, tenemos que tragar una lección ética y un tufillo buenrollista que ya es la leche. Los niños son de un repelente inaguantable y todos con una problemática que resolver (que por supuesto lo hará nuestro protagonista): un muchacho que reprime su sexualidad lo que le hace tener problemas psicológicos, una nena que se pinta más que una puerta y que quiere crecer demasiado pronto y un muchacho hispano que se porta muy mal porque no se adapta. Todos encontrarán solución a sus problemas la noche que son cuidados por el canguro que da título a la película y que es interpretado (¿?) por Jonah Hill que yo no sé dónde tiene este tío la maldita gracia porque vaya careto inexpresivo que pone. Parte de la premisa de “Aventuras en la gran ciudad” pero no tiene su encanto ni su gracia y eso que tampoco es muy allá, pero ofrecía lo que prometía.
Lo único que se salva es Sam Rockwell.
Ford Farleine
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