Tetro se trataba del filme que iba a devolvernos al genio que realizó obras magnas como El Padrino (1972) o Apocalypse Now (1979); filmes inconmensurables que además de un talento visual, iba acompañado de una narración, personajes, sensibilidad y pulso difíciles de superar. En esta cinta en particular, aquel completísimo Coppola solo lo encontramos en el terreno visual.

La película comienza y ya nos viene a la cabeza su obra La ley de la calle, película de culto para muchos pero que a mi personalmente no me llenó demasiado; nos encontramos ante un bellísimo blanco y negro y una utilización expresiva de éste que nos dan expectativas de poder ver, almenos, una buena obra de Francis.

Pero la cinta decae en el resto de elementos, se convierte en excesiva, con una narrativa poco clara y unas interpretaciones poco notables; más allá de Maribel Verdú, siempre maravillosa. La cinta se convierte en un mundo onírico difícil de encontrar elementos que la hagan avanzar, más allá de la subtrama del trauma y recuerdo de Tetro con sus padres.

Una cinta estrictamente notable en el terreno visual pero que quiere ser tan elitista que en el terreno narrativo es difusa y hace que nuestra atención no sea máxima y que miremos el reloj más de una vez durante la proyección. Decepcionante retorno de Coppola.