La adolescencia es una edad que implica muchas dificultades, una de ellas es lidiar con los mismos adolescentes, pues al mínimo defecto físico o de otro tipo que tengas, ya eres objeto de burlas de los demás adolescentes. Si además eres débil, física y mentalmente, aún peor, no solo por tí mismo, sino porque ésto suele llevar consigo que se esfuercen aún más en hacerte la vida imposible. Y las víctimas pueden llevarlo de distinta manera según el carácter. Unos se recogerán en su silencio y aguantarán como buenamente puedan el chaparrón, ya que los adultos rara vez se lo toman en serio. Otros se tomarán la justicia por su mano, y aquí puede pasar de todo. Pues exactamente de eso va la cinta, sobre las terribles consecuencias que pueden tener unos actos que, por jóvenes que sean sus autores, no dejan de ser crueles.

El papel del padre es crucial para ver el mensaje que transmite la directora, pues es un hombre que intenta inculcarle a su hijo la diferencia de la verdadera valentía y la cobardía. Según a quien preguntes, no es más valiente el que se toma la venganza por su mano, sino el que teniéndola al alcance y quizás bien justificada, se presenta al enemigo y le dice "tú eres el cobarde, que sabiendo que tu enemigo es más vulnerable, te aprovechas de él". Pero eso para los adolescentes es difícil de comprender, para ellos si te defiendes eres valiente, y si te aguantas lo que caiga eres un cobarde. Pero no todo es tan fácil de definir.