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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
6
Drama Tras doce años de ausencia, un joven escritor regresa a su pueblo natal para anunciar a su familia que pronto morirá. Vive entonces un reencuentro con su entorno familiar, una reunión en la que las muestras de cariño son sempiternas discusiones y la manifestación de rencores y reproches. Adaptación de una obra teatral de Jean-Luc Lagarce. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2017
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Xavier Dolan, nacido el 20 de marzo de 1989 en Canadá, había llevado una carrera ascendente, con cinco largometrajes como director, además de realizar varios videoclips, como por ejemplo el “Hello” de Adele, uno de los más visitados en Youtube. Además, a lo largo de su corta vida, también se ha encargado de escribir, producir, del diseño de decorados, vestuario, montaje, sonido, ha trabajado también como actor y ha compuesto música entre otras habilidades, (la música en sus películas tienen una gran importancia). A pesar de su juventud se trata de un caso excepcional tanto en versatilidad como en logros obtenidos.

“Solo el fin del mundo” es su sexto largometraje y acaba de rodar su primer largometraje hablado en inglés para el cine norteamericano, aunque bajo bandera canadiense, “The Death and Life of John F. Donovan” contando con un reparto deslumbrante. Demasiada genialidad. Demasiado talento para su edad. Quizás por ello, entre otras razones, los críticos le han dispensado una fría acogida, y que a pesar de que “Solo el fin del mundo” se llevara en el Festival de cine de Cannes el Gran Premio del Jurado, no han dudado en la mayoría de los casos, en darle un duro varapalo, sobre todo en nuestro país.

Y puede que “Solo el fin del mundo”, en mi opinión, se trate de su película menos lograda, pero no por ello la dejaría de aconsejar. Es más, me sorprende que se estrene un “frikerío” abiertamente comercialoide que excusan y sea del gusto de muchos críticos y que casos como el presente, sea motivo de ensañamiento y rechazo de muchos supuestos entendidos, a todas luces, de lo más injusto, aparte de demostrar estos críticos de cuarta el pésimo gusto que tienen y su escasa formación cinematográfica, dicho sea de paso.

Por desgracia a Dolan la película se le ha ido de las manos, cosa que anteriormente no le había ocurrido, quizás por ceñirse demasiado a una adaptación de una obra teatral y no poder moldearla a su antojo, por lo que carece de la fuerza de anteriores obras. Es donde más se resiente la película, con unos personajes que dejan de tener progresión y cuando el estallido dramático se produce, parece que ocurre a destiempo, cuando ya no queda otra alternativa narrativa, sin afectar demasiado al espectador y con una resolución estéticamente bonita, pero demasiado fácil. Pero aún así, la película posee más virtudes que defectos.

Hay un buen reparto que está bien dirigido. Aunque hemos echado en falta a sus magníficas actrices fetiche, la labor coral es muy interesante: Léa Seydoux impone su buen hacer frente a uno de los personajes más desagradecidos. Nathalie Baye, aunque a veces se sienta segura y dé la sensación de estar por encima de las circunstancias, no se pasa más de la cuenta. Sus compañeros como Cassel se esfuerzan, aunque le saque ventaja el atractivo Gaspard Ulliel como Louis, su protagonista, y sobre todo Marion Cotillard como Catherine, el elemento externo de la familia, con un tartamudeo que podía haberse cargado el personaje, pero que gracias a su profesionalidad y al estar bien protegida por Dolan (además de haberla visto en V.O) sale beneficiada.

Como es habitual en el cine hoy día, y más en los films de Dolan, nada que objetar en su aspecto técnico, todo muy cuidado y con sentido. Incluso se debe reconocer la buena utilización de los temas elegidos, aunque algunos sean peligrosamente “machacones”, compaginados siempre por una hermosa banda sonora original del gran Yared. Su montaje, del que el propio director se encarga, su fotografía, su sonido y sus silencios… detrás de todo ello se nota que hay un “autor” con la suficiente personalidad para afrontar con dignidad lo que plantea, aunque, como hemos dicho, en esta ocasión tenga sus “peros”. Y a pesar de todos los pesares, la cruda realidad e ignorando una vez más a los comentaristas más aburridos, es que ya quisieran muchos otros compañeros tener su destreza. Posiblemente si la hubiera filmado otro director, hubiera sido tratada con más benevolencia. Y es que la envidia es muy mala, por eso en nuestro querido país tenemos un “master” en la materia, lo cual no quita que Dolan en un futuro se pueda confundir, es un detalle humano por más genial que se sea, pero no ha sido en esta ocasión, por mucho que haya un vulgar sector que así quiera pintarlo como desastroso.
Maggie Smee
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