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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
6
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2013
83 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ante el alúd de premios y honores, que ya no le caben en la cesta y sigue sumando, que está recibiendo “Amor” y el reconocimiento unánime que tiene su director, me da el relax y la libertad (sin faltar al respeto, porque se lo merece, dicho sea de paso, aunque esté muy sobrevalorado) para, al menos, manifestar ciertas reservas ante esta película, supuestamente intachable. Creo que a excepción de sus tres primeros largometrajes, para mí los más logrados, siempre me ha dado la sensación de que Haneke se iba creando un mundo antojadizo tanto de circunstancias como de personajes traumáticos. Y digo antojadizos porque, como ocurre también en “Amor”, los pasos dramatúrgicos entre las acciones se los pasa por el forro, su final se contradice con su principio, o viceversa y se recurren a elipsis para salvar escollos. Me remite al cine de autor con ínfula que se idolatraba en cine clubs y sesiones experimentales de hace medio siglo. De hecho el mundo que describe es la consecuencia que hemos visto repetidas veces en esta clase de cine: pareja heterosexual que cena una loncha de jamón de york acompañada de una hoja de lechuga, que mientras toman una pequeña copa de vino escuchan a Schubert, por ejemplo, y hablan de cuando en cuando, durante largos silencios, de algo profundo. De hecho, si Haneke hubiera centrado su historia en los caseros españoles igual habríamos presenciado una historia más lógica: hubieran buscado más el sol y habrían salido a la calle, habrían puesto más canciones (o coplas), verían algo la tele, quizás tendrían algo de sentido del humor o gritarían más hablando, a saber. Pero la opción escogida por Haneke es la más austera y la más mortecina, sin hacer “cine de cámara” bergmaniano, que hubiera sido más moderno y para mí más meritorio, dicho sea de paso, aunque el pilar sean los actores. No sé por qué Trintignant no ha sido nominado al Oscar cuando está ante el papel de su vida, menos lucido que el de su conmovedora y estupenda compañera nominada Emmanuelle Riva. Ellos llevan la película con pequeñas intervenciones de otros actores, como la estupenda Huppert en un personaje, que como el resto poco aportan al conjunto. Quizás por último creo que su título es erróneo. Puede que Compasión, Misericordia o Marrón podían haber definido mejor la propuesta, porque amor lo veo sólo en varias secuencias muy concretas. Aunque me parece una película interesante y con algunos logros, creo que tampoco es como para lanzar campanas al vuelo, sobre todo porque si estremece al espectador es porque su historia, tarde o temprano a todos nos irá llegando, pero no porque nos haya perforado.
Maggie Smee
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