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España España · Shangri-la. Andalucía
Voto de Maggie Smee:
8
Bélico. Drama En lo más crudo de la Primera Guerra Mundial, dos jóvenes soldados británicos, Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman) reciben una misión aparentemente imposible. En una carrera contrarreloj, deberán atravesar el territorio enemigo para entregar un mensaje que evitará un mortífero ataque contra cientos de soldados, entre ellos el propio hermano de Blake.
10 de enero de 2020
143 de 176 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda una de las películas de este año será “1917”, alabada por el público, defendida por la crítica y que sin duda recibirá premios. Su estreno en España se produce cuando acaba de recibir los Globos de oro más destacados, película y director, las nominaciones para los Bafta y la semana que viene se conocerán las candidaturas a los Oscars. Ha sido estrenada en el momento apropiado, con muchas copias, por lo que suponemos que amortizará los cien millones de dólares que ha costado, es más, se convertirá en un éxito rentable.


Y es que “1917” es quizás la película más ambiciosa de Sam Mendes, el cual también se ha involucrado en la producción y en su guión, por primera vez. A nivel técnico la película es perfecta. Rodada espectacularmente con todos los medios posibles, los ha aprovechado al máximo, brindando a Roger Deakins una oportunidad maravillosa para que, tras más de una docena de veces nominado, alcance por segunda vez el Oscar. Es un trabajo asombroso, jugando con una cantidad cromática, tanto en interiores como exteriores, de una calidad extrema. Su montaje, que corre a cargo de Lee Smith, su sonido, sus efectos especiales... todo está medido y con el fin de deslumbrar al espectador. Y sin duda lo consigue con creces.


Esta virguería audiovisual, a la que hay que sumar uno de los mejores trabajos de Thomas Newman en la banda sonora, no es nueva. Hace poco tuvo uno de sus máximos exponentes con González Iñárritu en “Birdman” y “El renacido” y Mendes ha seguido sus pasos. Lo que hay que decir a su favor es que si “1917” no hubiera sido rodada como lo ha hecho Mendes, y eso que no notamos los cortes, muy probablemente sería una película del montón, porque lo importante ya no es lo que cuenta, y por eso su guión se resiente, sino cómo lo ha decidido contar.


Por ello no hablamos de cine de autor, sino de un cine muy bien realizado, porque Mendes, también director de teatro, conjuga muy bien lo que es técnica y dirección de actores.


No quiero hacer comparaciones, pero estas trincheras me evocaban a “Senderos de gloria” y mientras el film de Kubrick sigue siendo una auténtica barbaridad, un clásico rotundo, “1917” permanece detrás suya. También ha habido evocaciones subjetivas a “Largo domingo de noviazgo” y otras más objetivas al Tarkovski de “La infancia de Iván”, por ejemplo, con esas arboledas que llegan a tener presencia destacada, pareciendo más una película del este que británica.


El rodarlo de una tacada es algo que Hitchcock, con cierta trampa por limitaciones de la época, hizo con “La soga”, y luego siguieron varios, aunque sospecho que esta obsesión artística proviene de “El arca rusa”, una auténtica pasada sin trampa de Aleksandr Sokurov, un señor que sí hace cine de autor y que poco a poco, este título concretamente, con el paso del tiempo adquiere más adeptos al que muchos intentan emular.


No podemos concluir sin hacer mención en varios apartados: su reparto, sobre todo por Dean- Charles Chapman y, por supuesto a George MacCay, protagonistas absolutos que cargan el peso del film con gran profesionalidad. Su dirección artística, todo un esfuerzo y acierto a la hora de ambientarla, y el maquillaje, muy cuidado y que el espectador parece que ni se da ni cuenta al estar absorto.


“1917” es una película para ver y “disfrutar” en una buena sala de cine para poder apreciarla en toda su magnitud. Porque hayamos detallado ciertos peros, y volvemos a lo que hemos dicho al principio, se trata de todo un espectáculo audiovisual poco frecuente de ver y en el que, otro acierto, las ideologías y patriotismos de cuarta han quedado en un segundo plano, narrando lo que es una historia de supervivencia, con secuencias que aún permanecen en nuestro recuerdo y que se ven con el corazón en un puño, lo cual no es poco. Por ello Mendes se convierte con “1917” en uno de los favoritos para dar el “campanazo” en los Oscars y en la taquilla mundial. Y falta hace, sobre todo porque animaría a los productores a hacer un tipo de cine que cada vez parece más olvidado, un cine adulto que se aleja de los productos “chiclosos” con los que nos bombardean para que perdamos el poco gusto que nos quede.
Maggie Smee
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