A mediados de los años 90 apareció en escena una cinta algo singular. Un thriller de atmósfera angustiosa y corte siniestro que escurrió los nervios a todos los que por aquel entonces tuvieron la oportunidad de recrearse con él. Por aquel entonces, los que disfrutaron -o sufrieron- con la angustiosa ''Seven'' de David Fincher probablemente no sabían que estaban asistiendo al inicio de una nueva forma de concebir el thriller -con perdón de Hitchcock- que ha llegado hasta nuestros días con más fuerza que nunca.

Son muchos los ejemplos recientes. Desde las posteriores películas del mentado director a la reciente ''Prisioneros'' de Dennis Villeneuve o a ''The Killing'', la otra perla televisiva de Nic Pizzolatto, el creador de éste nuevo drama televisivo para la (casi)siempre excelente HBO.

La trama es, en apariencia, sencilla. La aparición de un cadáver en condiciones escalofriantes tras lo que parece ser un asesinato ritual. A partir de ahí, son los actores los que se encargan de llevar el peso dramático interpretando a unos personajes perfectamente trabajados (asombroso Matthew McConaughey). Y en ningún momento les pesa.

Son estos personajes, simples en apariencia pero complejos por dentro y complejos en apariencia pero simples por dentro, los que se encargan de vagar entre los acontecimientos con la densidad que sólo el Estados Unidos profundo, el de la cotidianidad angustiosa, el de la gente alienada, puede mostrar. Todo ello acompañado, por supuesto, de una expléndido y sombrío trabajo de fotografía.

No cabe duda de que aún es pronto para decirlo, pero aquí hay un servidor que no duda en poner la mano en el fuego a que HBO está a punto de brindarnos otra obra maestra.