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Voto de antonio lopez herraiz:
2
Acción
Tres policías renegados se confabulan para detener al corrupto jefe de policía y al sicario de un grupo de señores del crimen. (FILMAFFINITY)
15 de febrero de 2021
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Si los 80 dieron prioridad a la fantasía y la testosterona bélica, los 90 se apuntaron mayoritariamente a las buddy movies y el policiaco de serie B. Y tanto el realizador sirio Joseph Merhi como su alma gemela, el productor Richar Pepin -creadores de la televisiva y armaletalizada 'L.A. Heat' que aquí emitió Telecinco- dan buena cuenta de ello en su curriculum, dedicado (casi) en plenitud, en la década de los 90, a engrosar el catálogo del género con 'estrellas' abonadas al chaleco antibalas y la placa: de Erik Estrada, Kevin Bernhardt o Lorenzo Lamas a Jeff Wincott, Michael Madsen o Gary Daniels. Lamentablemente, Merhi y Pepin conformaron otra de las muchas asociaciones con las que descubrimos que lo que hicieron, antes y ostensiblemente mejor, los israelíes Menahen Golan y Yoram Globus no era tan fácil de reproducir.
En esta ocasión, la chiripitifláutica pareja que custodia la ley y el orden, está formada por un rudo y desteñido Sam Jones -es decir, Flash Gordon sin el rubio de bote- y la pizpireta pateaculos Sherrie Rose ('Retroceder nunca, rendirse jamás 3', 'El rey de los kickboxers') respaldados por Jason Lively ('El secreto de los fantasmas'), ex actor y hermano de las consagradas Robyn y Blake Lively.
La nómina de rostros habituales dentro del actioner se prolonga, casi como si nos encontráramos dentro de un all-star de la chusquedad suburbana -y en realidad, así lo confirmo- con el icónico John Saxon, Richard Lynch ('Invasión USA'), Sonny Landham ('Depredador') y Jeff Langton ('Lionheart, el luchador'). Las labores de villanía están compartidas -¡ojo al dato!- por un turbio y esporádico Mickey Rooney resistiéndose a la jubilación y mostrando una profesionalidad intachable con (dicho sea de paso) las únicas líneas del diálogo que no parecen haber sido redactadas por un mono (¿reescritas o improvisadas por él?).
Polis corruptos. Capos del crimen. Coches teledirigidos que explotan -sí, ya sé que Harry Callahan llegó primero-. La pareja de protagonistas guapos. Frases y chistes lapidarios... sin gracia.
Bastante más pobre y muchísimo menos divertida de lo que parece.
En esta ocasión, la chiripitifláutica pareja que custodia la ley y el orden, está formada por un rudo y desteñido Sam Jones -es decir, Flash Gordon sin el rubio de bote- y la pizpireta pateaculos Sherrie Rose ('Retroceder nunca, rendirse jamás 3', 'El rey de los kickboxers') respaldados por Jason Lively ('El secreto de los fantasmas'), ex actor y hermano de las consagradas Robyn y Blake Lively.
La nómina de rostros habituales dentro del actioner se prolonga, casi como si nos encontráramos dentro de un all-star de la chusquedad suburbana -y en realidad, así lo confirmo- con el icónico John Saxon, Richard Lynch ('Invasión USA'), Sonny Landham ('Depredador') y Jeff Langton ('Lionheart, el luchador'). Las labores de villanía están compartidas -¡ojo al dato!- por un turbio y esporádico Mickey Rooney resistiéndose a la jubilación y mostrando una profesionalidad intachable con (dicho sea de paso) las únicas líneas del diálogo que no parecen haber sido redactadas por un mono (¿reescritas o improvisadas por él?).
Polis corruptos. Capos del crimen. Coches teledirigidos que explotan -sí, ya sé que Harry Callahan llegó primero-. La pareja de protagonistas guapos. Frases y chistes lapidarios... sin gracia.
Bastante más pobre y muchísimo menos divertida de lo que parece.