Los interesados en la filmografía reciente de Michel Gondry ('Kidding'), Alexandros Avranas ('Crímenes oscuros') o Ana Lily Amirpour ('Amor carnal') tendrán que disculparme. O no, tanto me da. Pero por fin regresa el Jim Carrey al que echaba en falta. El de (casi) siempre. En su habitat natural. Haciendo del exceso de muecas su principal virtud. Y más si es para hacerlo, un cuarto de siglo después de 'Batman Forever' (1995, Joel Schumacher), apelando a un reverso maquiavélico que ofrece más posibilidades para su voraz histrionismo, batiéndose el cobre con otro gran icono de los años 90: Sonic, el erizo azul de las converse rojas que corre a velocidad ultrasónica y que, literalmente, lleva 29 años pasando por el aro. O como él mismo se define: "una bola azul de energía supersónica y más guapo que pa qué".
Y al igual que ocurriera con las traslaciones en imagen real de otros juguetes, cómics y videojuegos como 'He-Man y los Masters de Universo', 'Los Pitufos' o los fontaneros italopixelados de Nintendo, el injustificable pretexto del salto entre portales interdimensionales nos trae otra vez a unos partenaires humanos a los que, de no aparecer, nadie echaría de menos: el eterno desaprovechado Neal McDonaugh, una tal Tika Sumpter ('Gossip girl') y James 'yo soy el que hacía de cíclope en X-Men' Marsden.
Pero ya os imagináis quienes son aquí los que parten la pana, ¿no? Pues eso. Los demás que se hagan a un lado, ¡y que dejen pista libre para Robotnik y el Erizo!
Y sí, te lo confirmo. Es difícil que no te guste 'Sonic, la pelicula' (2020, Jeff Fowler) si te pirró -como a mí- 'Detective Pikachu' (2019, Rob Letterman). Pero si eres de los que pasaron olímpicamente de aquella te aconsejo hacer lo propio con ésta. Podría decirse que son dos almas gemelas.