Amigos de más es un divertimento aceptable dentro del cliché que siempre son las comedias románticas. Zoe Kazan está encantadora, pero Daniel Radcliffe no consigue conectar porque, ya de serie, le cuesta. Lo intenta, pero siempre parece una caricatura fuera de lugar. Es por ello que sobre el papel estos personajes deberían tener una química tremenda, pero en la ejecución esa química no aparece por ningún sitio.

Esto condena irremediablemente a una comedia romántica de este tipo. Es como si vieras una película gore sin sangre. Michael Dowse tenía buenas intenciones, pero el mal casting acaba por enterrar una película que podría haber dado mucho más de sí.