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Voto de Beatriz Jimenez:
8
Thriller. Drama. Romance Corea, década de 1930, durante la colonización japonesa. La resuelta joven Sookee es contratada como criada de una rica mujer japonesa, Hideko, que vive recluida en una gran mansión bajo la influencia de su dominante tío. Pero Sookee está allí con un propósito secreto: ayudar a un estafador que se hace pasar por un conde japonés para seducir a Hideko y heredar después la fortuna de su tío. (FILMAFFINITY)
29 de diciembre de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una producción dividida en tres partes, que solo encontrarán sentido cuando se visualicen en su totalidad. Un ingenioso y perverso juego de muñecas rusas, donde nada es lo que parece y las verdaderas intenciones van saliendo a la superficie poco a poco. Así es La doncella, del coreano Park Chan-Wook, quien invita al espectador al mismo turbio y sexual engaño que se despliega en la pantalla.

La inglaterra victoriana de la novela Fingersmith de Sarah Waters se traslada aquí a la era colonial de 1930 en Corea. En el interior de una peculiar mansión se encierran los 4 personajes principales: un sádico y despreciable adicto (Kouzuki, interpretado por Cho Jin-Woong), un sinvergüenza (Ha Jung-Woo) que se hace pasar por Conde para hacerse con las riquezas de una joven (Hideko, interpretada por Kim Min-Hee), con la ayuda de una ladrona que se hará pasar por su doncella (la debutante Kim Tae-Ri como Sookee).

Como si de un laberinto se tratase, el Conde, Hideko y Sookee van desplegando sus estratagemas en un astuto y taimado tablero con una meta incierta, mientras la pasión y el deseo devoran a sus personajes en una carnalidad explícita.

El hambre se apoderá así de los cuerpos, en una maraña de sensualidad, deseo y dominación. El sexo no es solo pasión sino libertad, dentro de un puzzle de erotismo, choque de voluntades y ambición. Porque así es la esencia del cine de Park Chan-Wook, un mago que solo muestra sus cartas cuando ya has caído sin remedio en su ardid final.

Hay que destacar las generosas interpretaciones de sus protagonistas femeninas, así como una maravillosa fotografía, en una cinta donde la dirección de producción y artística se han mimado especialmente.

Sin duda las propuestas del realizador coreano no son para todos los públicos, pero el mundo del arte, del cinematográfico en especial, sería mucho más gris y sinsentido sin creaciones como Oldboy, Stoker o esta singular La doncella.

Lo mejor: la capacidad de Park Chan-Wook de absorbernos a su propio universo.

Lo peor: la larga duración de la cinta (144 minutos) puede lastrar un poco la parte final.

http://www.bollacos.com/la-doncella-munecas-rusas/
Beatriz Jimenez
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