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Voto de Cinemagavia:
8
Thriller Joshua, un asesino profesional, vuelve a su ciudad natal por cuestiones de trabajo. El retorno a la población de inmigrantes rusos donde pasó su juventud despierta en él recuerdos dolorosos y confusos. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Debutar con 25 años emulando a Coppola

Tras rodar un cortometraje titulado Cowboys and Angels en la School of Cinematic Arts de la Universidad del Sur de California, el director James Gray llamó la atención del productor Paul Webster. Como buen aficionado al thriller criminal, posteriormente produciría Sexy Beast (Jonathan Glazer, 2000) o Promesas del Este (David Cronenberg, 2007), le animaría a escribir y dirigir su primera película con tan solo 25 años.

Cuestión de Sangre (Little Odessa) no cuenta una historia demasiado original. Un sicario debe realizar un trabajo que le obliga a regresar a su barrio natal y confrontar sus rotos lazos familiares. Aunque Gray es un apasionado del cine clásico y su gran referencia cinematográfica es el cine de Francis Ford Coppola, el tratamiento que hace del género se desmarca por completo del tono habitual de las películas de gángsters que hizo su maestro o el propio Scorsese.

*La concepción del estilo Gray

Gray convierte su historia criminal en una tragedia dostoievskiana donde la acción y la violencia se sirven con cuentagotas. Lo que de verdad importa son las relaciones de los personajes, enmarcadas en un espacio del que no pueden escapar, como esas serpientes venenosas del reptilario en el que se cuelan los hermanos.

El escenario donde habitan los personajes de Cuestión de Sangre (Little Odessa) es Brighton Beach, conocida como la Little Odessa del título original. Ese nombre es debido a que este barrio de Brooklyn fue durante muchos años poblado mayoritariamente por judíos de habla rusa que procedían de Odessa (de cuando Ucrania todavía integraba la Unión Soviética). Los propios abuelos de Gray también eran judíos que emigraron desde la actual Ucrania hasta Nueva York. Los conflictos generados en el núcleo familiar y la identidad del individuo marcada por sus raíces culturales, serán algunos de los temas capitales de todo el cine de este director.

Gray, con la colaboración del director de fotografía Tom Richmond, filma las calles y los edificios en tonos grisáceos y apagados, con una luz áspera que proyecta sombras sobre unos paisajes casi siempre nevados. Los planos son largos y contemplativos, a menudo la cámara se aleja hacia planos generales en momentos claves de la película. Es un ejercicio de estilo que le aleja conscientemente del neo-noir de montaje rápido, creando una sensación de desamparo fatalista para unos personajes que tienen el destino escrito con sangre.

*La pantalla que arde

Cuestión de Sangre (Little Odessa) se inicia con tres momentos reveladores. El primer plano de la película se centra en la mirada de Tim Roth. Está captada en un claroscuro que parte su rostro en dos mientras se escucha un coro ruso de tono eclesiástico. En la siguiente secuencia ese personaje le pega un tiro a un hombre que está sentado en un banco. Es un asesinato efectuado con frialdad y hasta con un punto de desidia. Gray lo muestra con una crudeza cotidiana, sin suspense, ni sangre, ni diálogos. Apretar el gatillo puede ser tan sencillo como encender un cigarrillo.

En la siguiente escena, aparece el personaje interpretado por Edward Furlong en una sala de cine. Está viendo la película El valle de la venganza (Richard Thorpe, 1951), la escena final en la que Burt Lancaster dispara a su hermanastro Robert Walker, tras lo que el padre de ambos se culpa a sí mismo del fatal desenlace. Antes de que aparezcan los créditos finales, la proyección en 35mm. de la película de acetato se quema y la imagen desaparece de la pantalla fundiéndose en unas burbujas. Es como si Gray nos quisiera contar que la fantasía se acaba y que empieza la realidad para su personaje.

En solo tres minutos, Gray nos ha planteado todos los grandes temas de la película. Posteriormente, habrá otra escena en el interior de un cine, pero será muy distinta. Los protagonistas irán a ver Pesadilla en Elm Street 4: El amo del sueño (Renny Harlin, 1988), pero Gray ya no quiere mostrarnos lo que sucede en la pantalla, solo a sus personajes. No hay cabida para la fantasía, solo queda esperar que la estampa familiar de un pasado irrecuperable desaparezca entre llamas (algo que sucederá en un horno tras el tiroteo final).

*Conclusión

Cuestión de Sangre (Little Odessa) es un thriller criminal escrito y dirigido por James Gray. Es su ópera prima y el inicio de una trilogía dedicada al cine negro que completaría con La otra cara del crimen y La noche es nuestra. El clasicismo habitual de su puesta en escena se muestra aquí en una fase embrionaria y, en cierto modo, asilvestrada.

Sin embargo, ya pone sobre la mesa algunos de sus temas prioritarios, como son los conflictos en el núcleo familiar o las raíces culturales como tatuaje identitario. Esta película también significa el comienzo de un estilo narrativo que será su seña de identidad, con esa fotografía apoyada en los claroscuros que representan los debates éticos y morales de sus personajes. Gray filma Cuestión de Sangre (Little Odessa) como si fuera una tragedia dostoievskiana, con un frialdad y pulcritud escénica que pone a sus personajes por encima de la historia.

Escrito por Daniel Farriol
Cinemagavia
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