*Cine negro

Habitualmente asociamos el cine negro con los maravillosos años de esplendor del género en los años 40 y 50, con cintas como El halcón maltés. Son películas llenas de sombras, de misterio y de crímenes donde abundan los escenarios nocturnos. Características definitorias todas ellas de El lago del ganso salvaje, en palabras del propio director: “El cine negro es el que mejor expresa los claroscuros del ser humano”.

Y será este uno de los elementos a destacar en el filme, el magnífico uso del claroscuro, una técnica que consiste en enfatizar el contraste entre las partes iluminadas y las ensombrecidas, creando un efecto muy llamativo.

*El final es el principio

Dos bandas se enfrentan en una reunión y tras la reyerta un policía muere. A partir de ese momento comienza la búsqueda y captura del asesino, a través de la información proporcionada por su mujer y por una prostituta contratada para ello.

Sin embargo la historia es narrada desde una estación, en la que el asesino y la prostituta intercambian diálogos sobre un asunto que aún no hemos presenciado. El relato retrocede hasta la pelea, y vuelve continuamente a la estación, donde ambos continúan charlando, hasta que en un momento dado la historia avanza y dejamos atrás esta conversación para continuar con la narración.

*Lo que no se ve

En ocasiones, lo más importante de un thriller no es quién comete el crimen, que aquí lo sabemos desde un principio, sino mostrar una sociedad y un entorno determinado. Diao Yinan introduce la violencia y la sangre en el filme de una forma indirecta, no hay escenas desagradables porque se preocupa de que cause más expectación la propia imaginación del espectador que la imagen explícita.

Se detiene poéticamente en determinadas escenas, dándole un tono poético a la película y del mismo modo, posee la fuerza y el impulso en las escenas de acción. Una dualidad muy bien introducida que cabe ser aplaudida.

*Gama de colores

Las escenas nocturnas de El lago del ganso salvaje son de una belleza descomunal. Destacan los colores llamativos como el rojo, el rosa o el amarillo, que combinados con los claroscuros de la noche, la sangre, la música y la persecución, dotan a la película de un sello personal muy atractivo.

De ese modo, hay partes que visualmente resultan impecables. Ejemplo de ello es el relato inicial que se desarrolla en un hotel. Durante una tensa disputa, la habitación adquiere una tonalidad rosácea proveniente de las luces de neón exteriores que crean una escena estremecedora.

*Conclusión

El lago del ganso salvaje es un filme clásico en cuanto a qué se cuenta, pero novedoso en relación al cómo. Difícil es sorprender hoy día con la historia, más qué fácil resulta jugar con el resto de elementos cinematográficos. Gracias a las técnicas tan avanzadas que existen pueden realizarse verdaderas maravillas, y Diao Yinan las utiliza muy bien.

El clásico cine negro, con sus crímenes y persecuciones frecuentes, pero esta vez impregnado de color, ofreciendo una estética espectacular.

Escrito por Soraya Unión Álvarez