En McQueen, Ian Bonhôte (“Alleycats”), y Peter Ettedgui, coguionista del aclamado documental “Listen to me Marlon” (2015), unen fuerzas y talento para contar la historia del diseñador de moda inglés Alexander McQueen.

Del mismo modo que las sorprendentes puestas en escena de sus colecciones fueron el resultado del trabajo de un equipo de artistas que admiraban al diseñador y trabajaban sin descanso para dar vida a sus creaciones, McQueen es una combinación exquisita de piezas perfectamente encajadas. El producto final es tan impecable como un traje hecho a medida y tan difícil de olvidar como los más atrevidos diseños del creador.

Mención especial de entre todas los elementos que componen este suntuoso despliegue de creatividad merece la música de Michael Nyman (“El Piano”, “Wonderland”), que consigue elevar las imágenes a arte, envolviéndonos en la belleza de lo que vemos sin llegar a ahogarnos.

Como si de parejas de baile se tratara, las composiciones de Nyman acompañan a impactantes desfiles y a calaveras que introducen los momentos clave de la trayectoria del diseñador. McQueen, gran admirador del compositor, habría aprobado, sin duda alguna, esta inteligente decisión creativa.

Diseñado y elaborado con un gusto propio del más exquisito taller de alta costura, McQueen es la moda hecha cine y el cine hecho moda. Un documental repleto de imágenes, música y texturas que deleitan y emocionan. Tanto es así que cuando sales del cine y miras a tu alrededor, te das cuenta de que el mundo es más feo que cuando entraste.

Crítica de Esther Alvarado
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