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Voto de Cinemagavia:
7
6,1
64
Documental Adolescentes de un instituto de la periferia parisina discuten durante largas horas, ya sea en clase, en los pasillos o en el recreo, sobre sus aspiraciones, sus deseos de huir y abandonar su zona de confort para descubrir un nuevo mundo solos. La familia, los amigos, su vida hasta ese momento, pero sobre todo la soledad. Cada uno de estos alumnos irá mostrando su percepción y sentimiento hacia estar solos y el deseo de querer cambiar esa situación o no. [+]
15 de octubre de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Huérfanos emocionales

La esencia de este proyecto triunfa al poder equilibrar el peso de la tragedia personal de cada estudiante con las aspiraciones y aquello con lo que sueñan para su futuro. Es cierto que, en ocasiones, chirría un poco la transición entre unas conversaciones y otras, pero normalmente, consiguen minimizar este problema con la espontaneidad de sus participantes. Es tan importante lo que dicen, que es lógico que el público quede atrapado con lo que expresan. Además, muestra una imagen muy alejada de la París que se suele mostrar en el cine, lo que permite crear un ambiente de autenticidad en la sociedad francesa. Abre varios frentes, pero sin una intención de adoctrinamiento ni contra el sistema en sí, sino con la dificultad de discernir un camino vital. Crea un lazo con el espectador, que participa activamente en la discusión de los temas a tratar mediante su propio pensamiento personal.

*Vivir en tiempos de divorcios

Uno de los puntos en común de los protagonistas de Primeras soledades es cómo influye el divorcio de los progenitores en sus propias vidas. En una generación marcada por la liberación del matrimonio vitalicio, se hace una consideración no solamente de la imagen del amor ideal, sino también de las consecuencias que traen las malas relaciones entre los propios padres. Estos jóvenes aceptan la falta de emoción y la dificultad para expresarse, siendo definidos por sí mismos como solitarios. Es interesante para el público escuchar cómo han evolucionado las relaciones interpersonales. Crea una atmósfera de cuestionamiento sobre las bases y establece una teoría que reflejaría que la crisis social es fruto de las decisiones de generaciones anteriores. Se produce todo este conglomerado de pensamientos de una forma muy orgánica y bajo un estilo muy personal.

Los jóvenes que intervienen a lo largo de todo el film son maravillosos. El público queda fascinado por la gran madurez que transmiten a través de la pantalla. No hay un ápice de superficialidad en la manera de interactuar entre ellos, aunque a veces las conversaciones no se produzcan de manera tan natural. Ellos rompen la cuarta pared y el espectador tiene la sensación de estar junto a ellos en esta interacción tan personal. Los relatos que se presentan no buscan un victimismo o una tragedia para emocionar, sino que hablan desde la verdad y con una certeza de lo experimentado que visten de energía este largometraje. Además, hay una buena composición y mezcla de personas de distintos orígenes y formas de vida. Es importante mostrar esta multiculturalidad francesa, que asimismo promueve la posibilidad de tener una identificación particular con alguno de los protagonistas.

*Un futuro incierto

Claire Simon tenía la dificultad de moldear visualmente lo que quería transmitir en Primeras soledades, pero sin duda, lo consigue. El aspecto de cámara en mano, sin una técnica profesionalizada y alejada de la plasticidad de la imagen, recuerda a los reportajes de a pie de calle. Igualmente, permite que la cámara realice una serie de juegos en los encuadres que se meten dentro de la propia acción. Se convierte en el vehículo en primera persona de lo que está ocurriendo. Muy cerca del cine social, sigue una estela de documental comunitario que no pretende ir hacia la industria cinematográfica comercial. Sabe encontrar su propio estilo y lo que consigue es dotar de mayor veracidad a su mensaje. No cae en el error de llenar de artificios y belleza visual vacía a su proyecto, sino que para reforzar el efecto en el espectador lo hace siendo cruda y directa.

Hay que destacar que Simon está consolidada dentro del género documental, pero es importante seguir emocionando y lo consigue. Sorprender al público siempre es un reto y se nota el cuidado que pone en ello. Con este film no baja la guardia y lo expone desde una perspectiva moderna. Da voz a los jóvenes y a su propia cultura. No es extraño que el montaje de sonido esté acompañado de música electrónica y de temas que han sido muy populares en el país galo, además de peculiaridades según la persona que esté en escena. Combina muy bien un panorama que internacionalmente no se conoce de Francia. Un montaje elaborado, que sigue una construcción coherente y estructurada, lo que permite que el espectador no se pierda durante el viaje sensitivo. Un trabajo técnico acorde al mensaje que hay detrás. Potente.

*Conclusión

Primeras soledades un documental sin artificios, que habla desde la verdad y expone a sus protagonistas a un reflexión intima con el espectador. Habla de temas tan universales como la falta de entendimiento, el miedo por el futuro y las consecuencias de una vida marcada por la soledad. Muestra una París muy distinta a la que está acostumbrado el público. Impacta y conecta con el espectador en todo momento. Una realización técnica que se mete dentro de la acción, que dota de más realismo a lo que se está viendo. Una obra necesaria para reflexionar sobre las generaciones que están por venir y la herencia emocional que les deja las anteriores. Un golpe en la mesa desde las entrañas del sentir.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
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