Una historia ya contada pero que no cansa

Aunque estuvo muy cerca de dirigir la película, Sylvester Stallone finalmente se limitó a protagonizar y dar forma a Creed II, una secuela por parte doble. Por un lado, se trata de la segunda parte de una trilogía que Ryan Coogler pretendía capitanear hasta que Black Panther se cruzó en su camino. Por otro lado, estamos ante la secuela de Rocky IV (1985), aquella en la que el destino de Apollo Creed queda sellado a manos de Ivan Drago (Dolph Lundgren), el boxeador más despiadado de la historia del cine.

Nunca sabremos cuál habría sido el resultado final si Stallone hubiera dirigido Creed II, pero sabemos que Steven Caple Jr., con solo media docena de cortos, alguna que otra serie de televisión y un largometraje (The Land) en su haber, ha hecho un trabajo excelente. De hecho, en vez de imitar a su predecesor, Caple Jr. carga de humor y de energía renovada esta historia que tantas veces nos han contado, sacando el máximo provecho de sus protagonistas y permitiéndonos conectar con ellos a través de momentos muy emotivos.

Típicos tópicos y malos de los 80

Aunque Caple Jr. lo intenta, es muy difícil hacer justicia a todos los personajes y tramas que se entrelazan en Creed II. Ivan y Viktor Drago, a quienes dan vida Dolph Lundgren y Florian Munteanu respectivamente, son los más olvidados. Es la relación entre estos dos personajes la que más artificial resulta. Por si fuera poco, el discurso de Rusia como un país de desalmados y madres capaces de abandonar a sus familias por una simple derrota en el ring chirría un poco, y es ahí donde el espíritu del Rocky más ochentero se hace notar.

Sylvester Stallone y compañía

Si bien no es el protagonista absoluto de Creed II, Stallone es el que más oportunidades ha tenido de conocer y desarrollar su personaje. Acompañando a Michael B. Jordan, actor fetiche de Ryan Coogler, y a Tessa Thompson, a la que pronto veremos en Men in Black: International, el veterano actor vuelve a demostrar su talento y a dotar a Balboa de una ternura inconmensurable. Ya son ocho las películas de la saga y, aun así, es imposible no confiar en que Rocky volverá una última vez.

Sangre en la lona

Como cabía esperar, en Creed II no podían faltar peleas ni montajes de entrenamiento. Aquí, Caple Jr. cuenta con la ayuda de tres editores. Un proceso de edición a seis manos podría parecer una locura, pero esta combinación de talentos parece ser la ideal para que 130 minutos pasen volando y el espectador se quede con ganas de más.

Acompañan a los momentos claves de Creed II una gran banda sonora a cargo de Ludwig Göransson (nominado al Óscar por Black Panther) y unos temas musicales con tanta fuerza como la que exhiben los dos contrincantes en el cuadrilátero. Eso sí, también hay cabida para el legendario tema compuesto por Bill Conti en 1976 y que tan bien refleja ese espíritu de lucha que ha mantenido viva a la saga por más de 50 años.

Conclusión

Creed II: La leyenda de Rocky es una película emotiva pero capaz, al mismo tiempo, de hacernos soltar soplidos de dolor, esquivar ganchos y protegernos las costillas. Es de agradecer que un equipo de profesionales se haya dejado la piel en la lona para contar una historia a la que todavía le quedan muchos asaltos.

Escrito por Esther Alvarado
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