Distinta, con toques de comedia, pero más de drama, con metáforas y alegorías que permiten al espectador poder generar empatia con los distintos personajes del film y sobre todo, que lo podría haber hecho, sin ningún golpe bajo. La trama se sitúa en la Alemania de los finales de la 2da. Guerra y gira alrededor de un niño totalmente compenetrado con los principios del nazismo a tal punto que tiene un amigo imaginario que es el propio Führer (caricaturesco y bien retratado) que vive junto a su madre que tiene ideales opuestos a los de él complicándose la situación cuando descubre en su casa a una niña judía escondida. A partir de allí seremos testigos del paso a paso en el cambio del pensamiento del niño hacia esos seres que en su imaginación son de otro planeta y representan todo el mal. Dentro de las actuaciones se destaca plenamente el niño llamado Roman Griffin Davis transmitiendo ingenuamente todos los cambios no solo de pensamiento sino de comportamiento, también Scarlett Johhansson como su madre y especialmente Sam Rockwell componiendo a un capitán alemán que no es tan malo y que solo con su última parte refleja lo buen actor que es. En síntesis es una pelicula que desde la inocencia nos hace ver quizás con mucha mas crueldad que mostrando muertos,mutilaciones y torturas, los horrores de la Alemania nazi.