Es una película que tiene la única intención de hacerte pasar el tiempo. Uno podría pensar que con su temática trata de llamar la atención sobre un fenómeno como los secuestros o la trata de blancas. Pues nada más lejos de la realidad, tan solo tenemos a Liam Neeson repartiendo a diestro y siniestro. Y la verdad que mientras dura la película no tienes queja, es trepidante y el hecho de que se cargue a gentuza te llena de satisfacción.

Lamentablemente, una vez la terminas te das cuenta de que no tiene ni dice nada. Al igual que Hostel, el nivel de implicación política, policiaca y nivel de la organización delictiva es tan alta que no es creible ya que el gasto para mantener un entramado haría irrentable el negocio. Tampoco es creible el rapto en Francia. Si escribes secuestro en España (o Francia) en Google te hace referencia a casos de europeos en el extranjero. Y la intervención del estado para recuperarlas. Es decir, la trata de blancas europeas o americanas es irrentable por la preocupación de los gobiernos del primer mundo, por el coste para ocultar y llevarlo a cabo y en último lugar porque la policia corrupta jamás aceptaría que se raptasen jovenes que podrían ser sus hijas (en cambio no les molesta que las traigan de países del este u otros subdesarrollados).

Tal vez me he pasado machacando el hilo argumental al que no se le debe dar importancia pero no me ha dejado buen sabor de boca.