Nuevo remake de una cinta de terror de los años 80, en este caso de uno de los clásicos, ‘Halloween’. Pues sí, no hay ideas nuevas para un género estancado desde hace años. Así, asistimos a este nuevo relato que quizá metamos entre los remakes menos malos. Rob Zombie dirige y deja su sello de manera efectiva, aunque aquí está más contenido. Éste se ha inventado una hora de cinta (a modo de precuela) y ésta es la mejor parte de la película, cuando vemos la infancia de un diabólico Michael Myers. Sus primeros asesinatos son de una crudeza tremenda (gran interpretación del joven actor). Con la estancia en la cárcel, la cosa se vuelve más rutinaria y con la última parte directamente aburrida. Es en ese último tramo cuando realmente empieza el remake, pero lo hace sin ninguna continuidad, saltando de escena a escena en un plis, ignorando cualquier forma de intentar crear suspense… con lo que acudimos indiferentes a observar a un hombre de 2 metros con máscara y cuchillo apuñalando, destrozando cabezas y matando a toda persona que se cruce. Incluso algunas escenas parecen más propias de ‘Scary Movie’. Además, la escena final es larga hasta decir basta, resuelta de la forma más previsible del mundo. En cuanto a la historia, Rob Zombie reinventa ciertos aspectos de la vida de Myers que no se yo como sentará a los fans. La tan conocida banda sonora que rodea al psicópata es introducida aquí en los momentos menos oportunos, como sí estuvieran obligados a incluirla y no sabían dónde. En fin, un 7 para la parte de precuela y un 3 para la parte de remake, quedando un aprobado justito para una nueva peli de terror que olvidaremos pronto. Lástima.

Lo mejor: Los primeros 45 minutos.
Lo peor: La última parte de la cinta bastante decepcionante.