Película fallida de la pareja Carlo Ponti (productor) y su mujer Sofía Loren, para el mayor lucimiento de la segunda. La italiana está acompañada de un soso y poco creíble Paul Newman en el papel de galán anarquista, en el que es sin lugar a dudas uno de los peores papeles de su carrera. La Loren, como siempre muy guapa pero también como casi siempre interpretando bastante mal.

La dirección corre a cargo de un hombre de la categoría de Peter Ustinov, que había dirigido una obra maestra como "La fragata infernal", en este caso naufraga totalmente con esta comedia, en la que en ningún momento sabe muy bien que es lo que quiere contarnos.

El fracaso de esta película le hizo desistir de volver a ponerse detrás de una cámara. Y es que Ustinov, aunque pudiera parecer lo contrario, siempre manejó mejor el drama que la comedia-aunque a veces vaya de gordito gracioso-.

Lo mejor (al margen de una cuidada fotografía y algunos vestuarios y decorados) como casi siempre David Niven, sus frases sobre la nobleza no tienen desperdicio, y su actuación destaca en una película que pretende hacer gracia y lo que provoca son lamentos.

En definitiva, uno de esos fiascos que de vez en cuando ocurría también a los "clásicos" y que demuestra que nadie es perfecto, incluido Paul Newman.