Un cine surrealista que españolea. Así se podría describir esta cinta, muy recomendable incluso para los que eche para atrás la apuesta en blanco y negro y muda. Se olvidarán de esos pequeños "detalles" muy pronto para incorporarlos al debe de la película.

Me quedo fundamentalmente con la primera parte de la película, donde se describe la más tierna infancia de la protagonista. Prefiero no sólo la historia en sus inicios, sino también la niña a la mujer. Sofía Oria gana por goleada en sensaciones, en expresión y en interiorismo a la interpretación de Macarena García. Y además la historia fluye de un modo bastante más rico en imágenes y en composición durante la primera hora de la película. Parecería que nos encontráramos ante un auténtico novelón rosa, de los de antaño, muy bien hilvanado, con tesituras de drama, pero también de comedia, incluso hilarantes, en las que cabe destacar a Verdú, que se gusta casi tanto como al espectador.

Para mí empezó a perder algo de fuelle en los prolegómenos del desenlace, y desgraciadamente ese pequeño decaimiento fructificó con un final algo decepcionante, y poco merecedor de lo que habíamos visto hora y pico antes. Sí querría destacar, sin embargo, la escena del paseíllo de la protagonista en la Plaza de Sevilla, por extraordinaria en intensidad. Por fin, y dejando lo un poco menos bueno a un lado, no dejaría de animar a cualquiera a que disfrute con una película muy bien hecha, muy entretenida y con muchos toques de gran cine.