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España España · Gijón
Voto de Loberto:
6
Drama Ambientada en Marruecos, Túnez, México y Japón. Armados con un Winchester, dos muchachos marroquíes salen en busca del rebaño de cabras de la familia. En medio del silencio del desierto, deciden probar el rifle, sin conocer el alcance de la bala. En un instante, entran en colisión las vidas de cuatro grupos de personas que viven en tres continentes distintos. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2007
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es tremendamente difícil conseguir meter cuatro historias en una película, y enganchar al espectador a ellas. Quizá por eso "Babel" no me haya llegado a emocionar ni a hacer que me plantee los grandes enigmas de la vida.

"Babel" empieza en una aldea marroquí, con dos hermanos, Yussef y Ahmed (Boubker Ait El Caid y Said Tarchani) que han de cuidar el ganado de los chacales, para lo cual su padre les compra un rifle; Amelia (Adriana Barraza) es una inmigrante mexicana que trabaja cuidando a unos niños pequeños, Debbie (Elle Fanning, la hermana pequeña de Dakota) y Mike (Nathan Gamble), y que tiene que cruzar la frontera con ellos acompañada de su sobrino Santiago (Gael García Bernal) para poder asistir a la boda de su hijo; Richard y Susan (Brad Pitt y Cate Blanchett) son un matrimonio en crisis de vacaciones en Marruecos, pero ella recibe un disparo cuando viajan en autobús, y acaban aislados en la aldea del guía Anwar (Mohamed Akhzam); y en Japón, Chieko (Rinko Kikuchi) es una adolescente sordomuda con una relación muy distante con su padre (Koji Yakusho), que se siente desgraciada al ver cómo su minusvalía tiende a alejarla de los chicos.

En el fondo, Iñárritu y Arriaga exponen el problema de la multiculturalidad y la dificultad de comunicarnos entre los distintos pueblos, si bien podía haberse tomado algo menos de tiempo para hacerlo. En ese sentido, la historia que transcurre en Japón es casi un alivio, viendo el colorido que ofrecen las imágenes de Tokio. Por cierto, se achaca a la historia de Chieko cierta desconexión con el resto de historias, cosa harto difícil de mantener, ya que existen pocas situaciones de incomunicación más graves que el ser sordomudo.

Técnicamente, es una película impecable, a pesar de la afición de Iñárritu por la cámara en mano, los planos cortos, y la dislocación temporal y argumental. Las historias se siguen sin dificultad, pero a mí me molestó que en cada clímax se saltase a otra historia, y ciertos minutos me parecieron de relleno (la larga celebración de la boda, la discoteca de Japón...). Eso sí, el plano final es realmente hermoso, tanto por su realización como por su significado.

Las actuaciones son, por lo general, buenas. Destaca Brad Pitt por ser el famoso, que no por ofrecer una cosa inolvidable. El papel de Cate Blanchett podía haberlo hecho un maniquí con peluca rubia, y la diferencia no sería demasiada. Los niños, que siempre corren el riesgo de desquiciar al espectador más paciente, están todos muy bien. A reseñar la imagen de Chieko apareciendo reflejada desnuda en el cristal, que no tiene nada que envidiar a las últimas producciones de terror oriental. Lo que sí duele a veces es el doblaje, que a la historia de los niños marroquíes le sienta como a un Cristo dos pistolas.

En fin, una película estimable, que sin embargo, no va a remover tantas conciencias como se anunció, principalmente porque el mensaje no resulta novedoso, y puede que el envoltorio distraiga del contenido.
Loberto
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