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España España · Gijón
Voto de Loberto:
3
Thriller. Acción. Terror Un grupo de adolescentes de Nueva Orleans pasa sus ratos libres jugando a un videojuego On-Line de terror. Sin embargo, pronto descubrirán que si su personaje del juego muere, ellos también mueren en la vida real... (FILMAFFINITY)
15 de septiembre de 2006
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si enumeramos todos los avances tecnológicos usados últimamente en el cine de terror (móviles, ordenadores, televisiones, cintas de vídeo...) resulta intrigante que nadie hubiese tenido la idea de mezclar este género con el mundillo del videojuego. Claro que, teniendo que soportar un escalofrío recorriendo tu columna vertebral cada vez que piensas en la asociación videojuego-peli-Uwe Boll, a la cosa había que echarle valor.

Así que, si Sadako usaba una vieja cinta de VHS para perpetuar su maldición, ¿por qué no iba a recurrir Elisabeth Báthory, más conocida como "La Condesa Sangrienta" (recomiendo leer algo sobre las poco agradables prácticas de la condesa transilvana) a un videojuego de última generación para sus fines? A nadie le debió importar mucho esta pregunta, porque en ningún momento nos dan esa información, así como no se nos explica cómo es que el videojuego mata. También lo de que ella pasase toda su vida (y muerte) en el Viejo Continente no debió ser óbice para que maldijese a los USA de tan cruel manera, pero bueno, qué se le va a hacer.

Otra cosa interesante es que, por lo desgranado en el tráiler y en la película, la regla principal es que "si mueres en el juego, mueres en la realidad". Este elemento, que podía funcionar como una fuente de tensión si estuviese bien aprovechado, deja de cumplirse cuando al guionista le interesa. Hay gente que muere en la realidad sin morir en el juego, hay gente que muere en el juego que no muere en la realidad, y tiro porque me toca. Además, anochece no cuando toca, sino cuando hace falta, y las cosas extrañas se suceden sin orden ni concierto.

En la parte buena, las escenas en las que vemos el juego en funcionamiento, lo cual ya debería indicar lo interesante del resto. Pero, a pesar de que durante el principio vemos bastante el desarrollo de las partidas, al final acaban por no aparecer demasiado, no sea que el público se divirtiese, caramba. Los actores están a la altura de sus papeles, y se limitan a poner cara de pena, de cabreo o de susto cuando la ocasión más o menos lo requiere. Destaca ligeramente Frankie Muniz, aunque sólo sea por no hacer de Malcolm.

Ah, por cierto, tampoco existe información de quién, por qué o para qué se programa un juego destinado a matar gente, pero bueno, como la explicación se supone ridícula, se han ahorrado el trago, para no chafar más la cosa. Digo yo que, como corre en Windows, el culpable de todo será Bill Gates, que para eso se rumorea que es el mismo demonio.
Loberto
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