Es cierto que aquí nos podemos encontrar con una grandiosa serie. Tiene un ritmo y una narrativa que hacían falta en la concreción de las historias que se presentan en televisión. El manejo de los tiempos, las interpretaciones de McConaughey y de Harrelson son de un nivel superlativo, el desarrollo de la relación que tiene la pareja de detectives es ya también un hito para lo que serán obras semejantes por escribirse y realizarse. En pocas palabras, esta serie es un modelo para aprender mucho sobre la narrativa de la literatura y del cine negro.
Sin embargo, lo que eché en falta fue un buen desenlace. Y no es porque no estuviera acorde con lo que la serie misma había planteado desde el comienzo, sino por el hecho de que, precisamente por el manejo del tiempo narrativo, me sorprendía que en un capítulo pudiera develarse así lo que tantos años había sido un "misterio".
A cada cual según sus gustos: el final fue a la vez trepidante y tensionante. Hay un manejo de la fotografía, de los escenarios, del arte, de la música que deviene darle mayor profundidad a las sensaciones que la historia quiere imponer. Bien por Cary Joji Fukunaga, a quien el pulso en la dirección le sigue dando muy buenos filmes.