Curiosa la historia de esta película: a mediados de los 90 Leonardo Di Caprio y Tobey Maguire ruedan con unos colegas una especie de experimento, más bien concebido como un entrenamiento interpretativo, donde representan a un grupo de amigos que pasan todas las noches del sábado en una cafetería hablando de los temas que más les inquietan: amistad, sexo, drogas, etc. Sólo hay una condición: cada chico debe llevar a una chica.

El proyecto quedó años congelado, hasta que en el año 2001, su director, muy listo él, decidió distribuirlo debido al éxito abrumador que habían cosechado sus hasta poco después amigos: Di Caprio se había convertido en un ídolo de quinceañeras y reventó las taquillas con "Titanic", y Maguire había rodado films como "The Ice Storm" o "The Cider House Rules" (cintas de gran calado éxito no sólo en círculos pseudo intelectuales sino también a nivel comercial) y estaba a punto de protagonizar la esperada adaptación de Spiderman. Lo que no sabía el director era en el embolao que se había metido, porque a las dos estrellas no les hacía ninguna gracia que esta película saliera a la luz debido al camino que habían tomado sus carreras. En fin, que Di Caprio y Maguire demandaron a su hasta entonces amigo y la justicia les apoyó, porque la distribución del film está prohibida en Usa y Canadá alegando los denunciantes que en el momento del rodaje, no había intencion de distribución, habiéndose parido como una anécdota entre amigos.

Finalmente el director llevó su cinta a Dinamarca para llevar a cabo las labores de post-producción (donde contó con el apoyo del inefable Lars Von Trier) y decidió distribuirla en Europa, lográndose incluso su estreno en varios festivales. Servidor se encontró esta película de casualidad en un videoclub y proceció a su alquiler, para que engañarnos, debido a que en la carátula figuraban estos dos actores y la verdad la sorpresa fue mayúscula: con un tono semi-documental y una preciosa fotografía en blanco y negro, "Don´s Plum" se desarrolla casi totalmente en la cafetería con el mismo nombre, donde vemos a este grupo de amigos conversando sobre sus inquietudes, sus fobias, sus pensamientos... estando además la cinta rodada con una elegancia que hace que el espectador se sienta como si estuviera durante hora y media en una cafetería tomando una copa con los que serán sus amigos en la hora y media de metraje. Los actores están muy acertados, sobretodo Di Caprio, que ya de aquella demostraba que tras ese guapito de cara había un buen actor quizá ensombrecido por la estampa de ídolo de quinceañeras que aún le sigue persiguiendo. A parte de las dos ahora estrellas citadas, vemos alguna cara conocida, como Amber Benson y a Nikki Cox y Jeremy Sisto haciendo sendos cameos. Una pequeña maravilla, con una puesta en escena que derrocha una simpleza que la convierte en una obra "indie" de las que cautivan al espectador.