De acuerdo: está llena de lugares comunes, hay ciertos diálogos de vergüenza ajena, la relación sentimental entre dos de los personajes sobraba totalmente, está llena de propaganda fuera de lugar hacia ciertos productos y lugares... pero... supongo que será que me ha pillado en un día flojo, que me he acordado de mi abuelo, que hace cinco días sólo que murió López Vázquez, o que Manolito Alexandre es capaz de hacer que te emociones como pocos actores lo hacen... el caso es que me ha gustado bastante, y hasta me han dado ganas de llorar más de una y más de dos veces.

Que sí, que el cine español es flojo: por supuesto que sí. Pero la verdad, últimamente me identifico más con las ñoñeces anacrónicas de Garci y Mercero que con los cansinos cineastas adictos al régimen de las subvenciones...