Tras un prometedor debut con "Juerga hasta el fin", estrenada hace apenas un año, el tándem formado por Evan Goldberg y Seth Rogen vuelve a la carga, como ilustres representantes de esa nueva corriente de humor gamberro made in USA, que utiliza la sátira política y social como único arma de destrucción masiva, dentro de un espacio cinematográfico tan exigente como el de la comedia.

En esa linea, y para quienes desconozcan tal estilo, esto es básicamente lo que lleva haciendo ya hace algunos años el también actor y director Ben Stiller, con películas como "Tropic Thunder" (2008), en lo que se debería considerar como una vertiente nueva y ciertamente refrescante para el género, revestida con elementos de rabiosa actualidad, que configuran este tipo de cine socarrón tan propio del nuevo milenio.

Mucha sal gorda, y excesiva previsibilidad en sus argumentos, a la cinta de Goldberg & Rogen solo la salva de la hecatombe su puntito de salvaje ironía, instalado en algunos momentos de puro desfase visceral, que como mínimo, logran sorprender y arrancar más de una carcajada, por mucho que el resultado final quede lejos de resultar memorable.

Dejando a un lado su calidad como producción, lo que nadie puede dudar es que la enorme polémica generada con los norcoreanos, que ha llevado a la todopoderosa Sony a plantearse retirar al film de circulación, con ataques ciber espaciales incluidos y la injerencia final del Presidente Obama, algo que le va a venir de perlas a esta entrevista en el terreno de lo comercial, ya que de otro modo, seguramente hubiera quedado relegada a un plano más discreto.

Al igual que en las películas de Ben Stiller, el desfile de caras famosas vuelve a ser destacado, prestando especial atención a las apariciones iniciales del rapero Eminem, o de Rob Lowe, en un ejercicio de auto parodia que da paso a la posterior omnipresencia de Kim Jong-un, al que da vida el actor Randall Park, bien flanqueado como no por el propio Seth Rogen, que se reserva el papel protagonista junto a un desfasado James Franco, devolviendo parte de la química ya expresada por ambos actores en aquella mencionada juerga hasta el fin.

Finalmente, "The Interview" queda más como un producto destinado a satisfacer y alimentar el buen rollo en puntuales reuniones con amigos, que a ocupar un sitio relevante dentro del panorama fílmico de calidad, quizá lo mejor que se pueda decir de ella, es que no resulta tan despreciable como cabía esperar, algo que de por si, añade cierto valor a su causa.



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