Studio Ghibli ha vuelto a transmitirme ese amor por la animación que tanto me gustaba en mi infancia y que creía irremediablemente perdido. Conmigo lo empezó consiguiendo con la excepcional "La princesa Mononoke", lo supo mantener en la bella "Susurros del corazón" (película que ni siquiera he votado, como muchas otras que he visto y que veré, principalmente por falta de inspiración y por querer guardarme las sensaciones experimentadas para mí mismo) y me lo continúa causando con esta película menor y más infantil.
Algunas personas estarán en desacuerdo con los adjetivos que acabo de emplear para esta cinta, pero me parecen los más correctos por varios motivos que procedo a explicar. A nivel argumental la película es simple y más que nunca me ha recordado a las cintas que vi en mi infancia (la opinión de todos debe ser respetada, pero a mi modo de ver los personajes malos y buenos son muy evidentes, cuando en las otras dos películas que he mencionado del estudio no tienen malos o son personajes muy ambiguos y, sobre todo, creíbles. Más información en el spoiler).
En cuanto al hecho de calificarla de menor no es porque sea mala (¡ni de lejos!), sino porque, como comprenderán quienes las hayan visto, de momento he visionado auténticas obras maestras del estudio de animación japonés y esta cinta, en comparación, no es una obra maestra (lo admito, el listón estaba muy alto), pero es una buena película que algún día me gustaría volver a visionar.
Lo que sí que me gustaría recalcar es lo que para mí son las mejores facetas de la película, que no son pocas:
-El apartado asrtístico es simplemente increíble. Una vez más pese a estar viendo dibujos animados los personajes parecen enormemente reales y no sólo por su calidad, por cómo se desarrolla la historia o por cómo es la vida de estos diminutos, sino por tropiezos muy humanos como el que experimenta Arriety al subir a la habitación de Shô por primera vez (cosa que ya me marcó profundamente en lo humanos que parecen todos los personjes en "Susurros del corazón").
-La banda sonora es sublime. Ese tipo de música en el cine es el que a mí me provoca una sensación poderosa, que me entra para nunca más salir y que hasta me hace tener ganas de llorar no sé si de alegría, de tristeza o de gratitud (sensación que a todo cinéfilo le deseo haber experimentado alguna vez) y si a eso le sumamos que la calidad se mantiene durante toda la película y el tema final supera con creces al resto... en fin, creo que sobran las palabras.
-El final es el correcto, es el creíble y es el puramente japonés. Al contrario que en otras películas de Ghibli considero que el final es insuperable y si a eso le añadimos que tiene como mérito elevar un argumento que en la segunda parte de la película entra en decadencia sólo puedo entregar un doble aplauso para el estudio de animación.
En definitiva, una película que recomiendo ver a todos los amantes del Studio Ghibli (novatos como en mi caso o expertos, como sin duda habrá más de uno), pero sin muchas pretensiones para que así no decepcione y que quizá termine por enamorar como muchas otras. Eso sí, no recomiento que sea la primera película en ver del estudio japonés porque puede echarle a alguien para atrás y hacer que se pierda otras joyas de este estudio de animación.
Y, sobre todo, esta sí la recomiendo a los más pequeños, sobre todo a aquellos que se tragan todas las películas, a los soñadores despiertos y a los amantes de historias de amor/amistad imposibles (sí, señores, considero que a la edad de 8 o 9 años esas cosas ya pueden sentirse) para que aprendan que la magia puede estar más cerca de lo creen.
Un saludo a todos.
Nota final: 7,5/10.