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Voto de Pp Ferrer S:
10
Drama Eddie Felson (Newman) es un joven arrogante y amoral que frecuenta con éxito las salas de billar. Decidido a ser proclamado el mejor, busca al Gordo de Minnesota (Gleason), un legendario campeón de billar. Cuando, por fin, consigue enfrentarse con él, su falta de seguridad le hace fracasar. El amor de una solitaria mujer (Laurie) podría ayudarlo a abandonar esa clase de vida, pero Eddie no descansará hasta vencer al campeón sin ... [+]
12 de diciembre de 2008
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La secuencia de arranque, como un prologo antes de los títulos, nos introduce en ese submundo de las apuestas y las mafias del juego. Y en esa secuencia se engañará al espectador durante unos minutos porque consideraremos a Eddie como un personaje que por casualidad juega una partida de billar. Después de este engaño, el espectador entra en el personaje y quiere saber más de él. Descubrimos a continuación que su meta es desafiar al "Gordo de Minnesota", considerado el mejor jugador de billar y que no ha perdido una partida en los últimos diez años. El enfrentamiento de ambos constituye la primera parte de la película y la partida nos servirá para conocer a fondo a Eddie. La secuencia de la partida es una auténtica muestra magistral de hacer cine. Cada plano, el montaje, la iluminación, el sonido, especialmente el choque de las bolas, la vestimenta de los que allí se encuentran y en especial del "Gordo de Minnesota"; y la interpretación de ambos contrincantes, hace que ese enfrentamiento sobre la mesa se convierta en un enfrentamiento de formas de ser. Lo que allí ocurre nos marcará el mundo en el que se desarrolla la película, el juego, el alcohol y el dinero. A partir de aquí la película discurre como el seguimiento de Eddie y nos encontraremos en distintas situaciones que están resueltas, cada una de ellas, como modelos de hacer cine.
Cada uno de los elementos formales de esta película tiene el tiempo y la intensidad necesaria para que el espectador, como el lector de una gran obra literaria, penetre en la historia y en el sentir de los personajes. Es decir, la narración fílmica en esta película alcanza la cota de obra maestra. El encadenado de secuencias extraordinariamente planificadas para durar lo justo y la relación entre estas secuencias son un claro ejemplo de narración cinematográfica.
Eddie “Relámpago” Nelson, un granuja y un perdedor, se convierte en un personaje memorable del cine gracias a la interpretación de Paul Newman. Así mismo personajes que son secundarios, como el Gordo de Minnesota o Sarah, consiguen un máximo nivel de interpretación gracias a Jackie Gleason o Piper Laurie. Hay que hacer notar que habiendo grandes interpretaciones en esta película no se le dio ningún oscar por estos conceptos.
La banda sonora es de Kenyon Hopkins que utiliza un ritmo de jazz ideal para la película, por los espacios en los que se desarrolla y por los sentimientos de los personajes.
La fotografía en blanco y negro de Eugene Schufftan que maneja a la perfección las luces y las sombras define perfectamente a los personajes y al ambiente sombrío de los garitos donde redesarrolla la mayor parte de la acción. Se le concedió un merecidísimo Oscar. El otro Oscar lo consiguió la dirección artística.
Al final, con esta película, ocurre lo mismo que con el postre favorito, quieres repetir.
Pp Ferrer S
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