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Voto de Pp Ferrer S:
10
Drama Kanji Watanabe es un viejo funcionario público que arrastra una vida monótona y gris, sin hacer prácticamente nada. Sin embargo, no es consciente del vacío de su existencia hasta que un día le diagnostican un cáncer incurable. Con la certeza de que el fin de sus días se acerca, surge en él la necesidad de buscarle un sentido a la vida. (FILMAFFINITY)
23 de junio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La línea argumental de la película es bastante simple: un funcionario enfermo terminal de cáncer se enfrenta a su vida monótona como funcionario. Y algo tan simple es utilizado por Kurosawa para entrar en el espíritu de Watanabe, ese funcionario magníficamente interpretada por Takashi Shimura, y conseguir una obra maestra del cine de todos los tiempos. Con el pretexto de apurar los últimos días de vida que le quedan al protagonista, el director va pasando por distintos ambientes de un Japón que empieza a resurgir del desastre de la guerra, y así durante la primera mitad de la película, hasta que una compañera que ha dejado su rutinario trabajo y ahora se dedica a fabricar juguetes, le cambia la vida con unas simples palabras: “es como si todos los niños del Japón fueran mis amigos”. Estas palabras hacer reaccionar a Watanabe y se produce en ese momento una de las escenas más bonitas del cine, pues en el mismo bar donde está hablando con su excompañera, un grupo celebra un cumpleaños y cuando Watanabe, decidido a hacer algo con su vida, baja las escalera del bar, desde arriba cantan “Cumpleaños feliz” y vemos al grupo cantando y al protagonista en contrapicado bajando, hasta que unos instantes después se cruza con la homenajeada. La segunda parte utiliza el funeral, donde los personajes con los que ha trabajado el protagonista, funcionarios y políticos, así como su hijo, su nuera y su hermano, hablan de lo que ha estado haciendo los últimos días, y ello sirve para introducir flasbacks en los que veremos lo que ha cambiado Watanabe. A mi particularmente me ha gustado mucho esta segunda parte, pues entiendo que la realización de una película entre cuatro paredes es muy difícil porque hay que tener un enorme sentido artístico para que la planificación que podría ser monótona no lo sea y pueda conquistar al espectador. Y me veo en en la obligación de hacer notar la escena en la que el protagonista se columpia en el parque mientras canta una melancólica canción: “La vida es tan corta…, pues no habrá mañana,… pues el día de hoy no volverá. La película tardó bastante en estrenarse en Estados Unidos y las primeras críticas no fueron de reconocimiento, sino algo negativas, y lo que es peor se comparaba a Kurosawa con otros directores, por supuesto a favor de los otros directores. Por supuesto, más tarde, casi todos los críticos rectificaron. Y otra vez el “saber hacer” de los norteamericanos, los carteles de la película no utilizaban ninguna imagen del protagonista, sino las de una striper que solo sale unos segundos y tampoco se puede decir que tiene mucho interés para la historia. No se puede VIVIR sin haber visto esta película.
Pp Ferrer S
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