El mayor problema que advierto en esta comedia dramática es que el tema que pretende tratar es mucho más interesante que la propia película.
El segundo es que percibo un aroma de soberbia en el desarrollo de la trama.Es una especie de " vamos a hacer algo como á la Woody Allen, pero ¡¡¡ mejor !!!
1. Tenemos la pareja protagonista, intelectuales venidos a menos, escritores de tercera, soltando referencias y frases de otros autores que raya en la parodia ( hay una escena en concreto en el que Paul Giamatti - ¿qué le ha pasado a este tio, por cierto? , hace una década hasta parecía bueno en lo suyo - se pasa un par de minutos dialogando con su mujer solo parafraseando a otros autores... dejándonos claros que los autores del guion son muy cultos, sí, pero muy torpes creando secuencias dramáticas).
2. Tenemos Jazz, claro, como no. Por supuesto, no aporta nada a la trama más allá de recordarnos a quien están tratando de superar.
3. Tenemos un partido de squash, como no podía ser de otra manera. Estupendo lugar para mantener una conversación, como todos bien sabemos.
4. Por último, el snobismo, la élite cultural, el " no me echáis vosotros, me voy yo "... ridículo, porque además es tremendamente superficial, no exploran ninguna consecuencia u origen, simplemente está ahí.
Y teniendo todos estos maravillosos mimbres, que tanta fama le ha dado al señor Allen durante 40 años, ¿por qué "Private Life" falla estrepitosamente?
Porque le falta brillantez, rapidez en los diálogos, el absurdo en contraposición con una pretendida vida intelectual fallida, le falta fondo y le sobra forma, le falta energía y le sobran 35 minutos.
Pero ésto no es lo peor. Lo realmente lamentable es que, como he apuntado al comienzo, el tema del que se parte es muy interesante. Problemas de concepción, fertilidad y todos los procesos médicos que intentan acometer los protagonistas en su afán ( por otra parte, bastante endeble, es decir, que no se entiende por qué tanto empeño en formar una familia en un matrimonio con evidente falta de cariño). Es más, en dos ocasiones, llegan a sitios profundos y atractivos (temo que sin proponérselo) y en lugar de profundizar en ello, resolver alguna de esas cuestiones morales y éticas ( donación de óvulos, gestación subrrogada o lo apuntado anteriormente, ese matrimonio locamente desesperado por conseguir una familia que salve la total falta de amor en el hogar) se asustan, temen caer en algo más oscuro que la propuesta original era y optan por huir hacia algún amorío juvenil que no aporta nada y un final ridículo y que remarca la total falta de valentía y la tremenda moralina conservadora que se intuye.
Por destacar algo mínimamente positivo, las interpretaciones son sólidas, especialmente Kathryn Hahn, aunque los personajes no están a la altura.