¿Quien es inocente aquí?. ¿Quienes son los buenos y quienes los malos?.
En su visión existencial, el ser humano representa uno de los mayores males que existe. Sin él, el mundo iría mucho mejor. Cometemos actos capitales a cada segundo, pero nadie le da importancia. El sistema es regido por una serie de normas de las que no escapamos, y en ellas éste tipo de pecados se eximen de cualquier escándalo.
Se7en no es solo un medio panfletario que nos ofrece una historia bien hilvanada, ni solo causa y consecuencia de un gran desenlace. Tampoco es solo una magnífica forma de ampliar caché de los caballeros que la protagonizan (sin olvidarnos de la señorita Paltrow).

Se trata de una declaración, proyectada por el mundo del séptimo arte.
No se trata de marketing, ni de blockbuster. No se trata de una consolidación filmográfica. No. Se trata de la realidad circundante, de mirar dentro de nosotros antes de emitir veredicto acusativo, de asumir nuestra condición del ser humano (plasmado en el detective Mills, a veces la ira se impone a las normas).
No miremos quien coge la cámara; ni miremos quienes interpretan; ni miremos al chiflado que mata gente "inocente" (engañoso adjetivo en ésta situación).

Ésto no es una visión anarquista, ni es nietzschiana, ni es ácrata.
Ni mucho menos, la mia es una mente enferma que seguirá los pasos de Spacey en el filme.

La visión es ésta: no hay visión. Solo hay que mirarse a sí mismo.