Claro ejemplo de buen actor en película mediocre. Por momentos, cree uno estar viendo un telefilm de sobremesa. La propuesta es poco creíble y eso hace que, casi desde el principio, se acerque uno a ella con reservas. Liam Neeson, a pesar de estar impecable, no logra salvar el tren. Demasiados agujeros en el guion, muy exagerada en determinadas escenas, e inverosímil. Vista y olvidada.