¡Qué grande Costa-Gavras!
Año 2005 y el tipo se pone hacer una comedia negra con el desempleo como telón de fondo. Con la que está cayendo cinco años después. Digo como telón de fondo, porque Gravas se vale del pretexto del desempleado fustrado para ahondar más en la naturaleza humana. El protagonitas de éste filme es un irreverente diablillo que se empeña en sacar a flote todos sus bajos instintos de supervivencia, poniendo en práctica esos flashes malévolos que a veces pasan por nuestra cabeza cuando vemos amenazado nuestro mundo. El protagonista, se ve envuelto durante el filme en dos situaciones que amenazan su vida familiar, su estatus económico y su estabilida; a las dos les da la misma solución; una la encontramos asumible y la otra nos parece terrible. Cierto es que las consecuencias de ambas no son las mismas, pero si lo es la motivación, la ética que las sustenta.
Al tiempo, Gavras hace un análisis jocoso del sistema capítalista, elemento muy de su agrado en su filmografía, dando por sentado de que, al hacerlo desde un punto de vista "ligero" puede decir las verdades como puños sin que la gente se escandalice tanto como cuando posiciona la cámara en una postura tan firme como en Amen.
En definitiva, una película para disfrtuarla con pausa y con una sonrisita dibujada en el rostro.