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Voto de killalltheworld:
7
6,2
25.177
Intriga. Thriller
Continuando desde donde lo dejó "Múltiple", "Glass" sigue los pasos de David Dunn (Bruce Willis) en su búsqueda de la figura superhumana de "La Bestia". En la sombra, Elijah Price (Samuel L. Jackson) parece emerger como una figura clave que conoce los secretos de ambos. Secuela de "El protegido" y "Múltiple", de M. Night Shyamalan. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2019
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es innegable el poder arrollador de Glass. Las cosas claras.
El talento de Shyamalan es algo que se ve a distancia. Con Glass se completa un círculo virtuoso que tardó 19 años, y la dedicación (hasta devoción) para este film es mas que notable.
Es como un puzzle perfecto en el que al completarse, todos los ojos no se posan en la imagen que queda plasmada, sino en la grandeza del creador de tan vasta obra.
Shyamalan lo hace otra vez, y como caricia al ego, sabe que lo hizo otra vez. Justo en el momento en el que creemos ir agarrándole la mano, el director indio salta de patada voladora y nos dice "já, casi que te confiaste eh", invirtiendo absolutamente todo el panorama y dejándonos extasiados sobre lo que vamos viendo en pantalla.
Porque el mayor talento de Shyamalan es saber que nosotros vamos al cine con ganas de pagar por la mejor mentira mejor contada, y la verdad es que yo me lo creí todo, me venden la ilusión y yo a gusto la compro y pido más.
Más que recomendada para ir a ver y disfrutar en las salas, preferentemente en su idioma original para apreciar mejor el talento de McAvoy que la desborda por donde se lo vea.
Interesante incorporar la cuestión de la fe al final, que va, después de todo se trata de eso la vida misma. Ir al cine es cuestión es de fe, es "creer en lo que voy a ver"; elegir ser es cuestión de fe, "creer en quien soy".
Creer.
El talento de Shyamalan es algo que se ve a distancia. Con Glass se completa un círculo virtuoso que tardó 19 años, y la dedicación (hasta devoción) para este film es mas que notable.
Es como un puzzle perfecto en el que al completarse, todos los ojos no se posan en la imagen que queda plasmada, sino en la grandeza del creador de tan vasta obra.
Shyamalan lo hace otra vez, y como caricia al ego, sabe que lo hizo otra vez. Justo en el momento en el que creemos ir agarrándole la mano, el director indio salta de patada voladora y nos dice "já, casi que te confiaste eh", invirtiendo absolutamente todo el panorama y dejándonos extasiados sobre lo que vamos viendo en pantalla.
Porque el mayor talento de Shyamalan es saber que nosotros vamos al cine con ganas de pagar por la mejor mentira mejor contada, y la verdad es que yo me lo creí todo, me venden la ilusión y yo a gusto la compro y pido más.
Más que recomendada para ir a ver y disfrutar en las salas, preferentemente en su idioma original para apreciar mejor el talento de McAvoy que la desborda por donde se lo vea.
Interesante incorporar la cuestión de la fe al final, que va, después de todo se trata de eso la vida misma. Ir al cine es cuestión es de fe, es "creer en lo que voy a ver"; elegir ser es cuestión de fe, "creer en quien soy".
Creer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película se posiciona en un plano realista, pero el guión tiene muchísimos baches que si nos ponemos a hilar fino no tienen siquiera lugar. Yo elegí creerme la historia, fue una elección y por lo tanto descarté el escenario en el que las cosas no me cerraban y perdía la magia, magia y farsa que quería ver.
Pero venga, de verdad que hay agujeros por todos lados y las cosas se resuelven siguiendo un hilo de oportunas coincidencias que posicionan cada pieza donde se supone que deben estar.
Las cosas no cierran muchas veces, he ahí el ejercicio de creer o no, queda en cada espectador. Medio a lo Bandersnatch, final a elección. Elección a elección.
Pero venga, de verdad que hay agujeros por todos lados y las cosas se resuelven siguiendo un hilo de oportunas coincidencias que posicionan cada pieza donde se supone que deben estar.
Las cosas no cierran muchas veces, he ahí el ejercicio de creer o no, queda en cada espectador. Medio a lo Bandersnatch, final a elección. Elección a elección.