En cierta manera, esta película me ha recordado a "La feria de los monstruos": en ambas las mutilaciones de los protagonistas son reales, para enseñarnos sin trucos la difícil vida cotidiana de aquellos que aunque sabemos que existen, procuramos olvidar que están ahí. Creo que por eso la situación política queda en un segundo plano: no se nos muestra cómo ni porqué se llega a ese punto, sino la forma en que lo sufren los más desprotegidos, que llegan a ver como algo natural -como un trabajo cualquiera- arriesgar sus vidas recogiendo minas por apenas un poco de calderilla. Por otra parte: ¿como se va a incidir más en politiqueos varios, si carecen de medios para estar informados, y su única preocupación es sobrevivir?.
Durísima, sin concesiones de cara a la galería y con muchísimas escenas verdaderamente desgarradoras que, no debemos olvidarlo, se repiten en este mismo instante en demasiadas partes del mundo.
Recomendable para todo aquél que se crea desgraciado, y muy en especial para los que piensen que las guerras sólo se libran y sólo se sufren en el campo de batalla.