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Chile Chile · Santiago
Voto de Lawrence:
6
Drama Un escritor que escribe un libro sobre el antisemitismo decide hacerse pasar por judío. Esta experiencia le será muy útil: nunca había imaginado que fueran tantas las dificultades que tiene que afrontar una persona judía. También le resultará muy instructivo observar cómo reaccionan sus amigos y compañeros de trabajo cuando se enteran de su origen semita. (FILMAFFINITY)
12 de diciembre de 2005
39 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque no carece de elementos atractivos, esta es una de las películas menos interesantes de la notable trayectoria de Elia Kazan. O al menos una de las que no han resistido tan bien el paso del tiempo. Sin embargo, no se puede cuestionar el rigor formal de su puesta en escena, la claridad con que el cineasta conduce el relato y la habitual maestría de su dirección de actores. Sin embargo, lo que en su época impactó a las audiencias e hizo reflexionar a toda una nación -la necesaria mirada al antisemitismo que el estadounidense no estaba dispuesto a reconocer aunque lo practicaba casi a diario-, hoy aparece algo avejentado. No porque dicho antisemitismo haya dejado de existir, sino porque el enfoque del guión del prestigioso Moss Hart es demasiado obvio, blando y didáctico, y sus buenas intenciones lo hacen caer en la ingenuidad y la simpleza, lo que incluso puede hacer que el espectador actual la juzgue como exagerada y superficial; por lo mismo Kazan no alcanza los niveles de agudeza, precisión e intensidad que sí alcanzó en clásicos como “Al este del Edén”, “La ley del silencio” o “Esplendor en la hierba”, por nombrar algunos. De todos modos “La barrera invisible” es válida como testimonio de la sociedad del Estados Unidos de posguerra, siempre dispuesta a cuestionar la doble moral e intolerancia de los demás pero reticente a admitir la propia: un presagio de la célebre Caza de Brujas en la que posteriormente se vería tristemente implicado el propio Kazan. Los actores están muy bien y son quizás la única razón de peso para darle una oportunidad a esta cinta: la habitual credibilidad y humanidad de Gregory Peck en uno de sus típicos roles positivos, la presencia de John Garfield, los sólidos desempeños secundarios de Celeste Holm y Anne Revere, y sobre todo la estupenda y habitualmente subvalorada Dorothy McGuire, conmovedora y creíble en su proceso interno, como queda demostrado en su diálogo junto a Garfield. Una gran actriz a la que no se recuerda lo suficiente.
Lawrence
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