La verdad es que esta tercera dista mucho de las anteriores, sobre todo de la genial segunda parte. No obstante, tampoco es tan mala. Entretiene mucho y Chucky vuelve a ser tan capullo como siempre. Nos brinda buenos momentos, con su maldad habitual combinada con ese sentido del humor tan peculiar. Los efectos vuelven a ser muy buenos, siempre me sorprendió el gran nivel de realismo que siempre le han dado a este gran personaje y desde luego si eres fan de la saga, ésta película te gustará y lo pasarás pipa con las peripecias sádicas de Chucky. A mí la verdad, es que lo menos me gustó es el ambiente donde se desarrolla la historia, una academia militar. Agradezco el hecho de que quisieran cambiar de lugar para esta entrega, pero desde luego una academia militar no me pega nada, pero nada, con el personaje, por ello en todo momento parece que no acabas de ubicarte en la acción y además no llega a crear la tensión que conseguía el oscuro apartamento de la primera parte o la inquietante y colorista fábrica de juguetes de la segunda. Los protagonistas de ésta tampoco me gustan (sobre todo el chico que hace de Andy que parece medio retrasado), por lo que todo conlleva a una serie de factores que le restan calidad al proyecto haciéndola una secuela muy inferior. Pero eso sí, entretiene y puede ser como mínimo disfrutable. Sin lugar a dudas es mucho mejor que muchos otros bodrios que inundan hoy en día las pantallas de los cines.