Tras cinco meses desde su estreno, y cuatro de su participación en los Óscar, me he dispuesto a visualizar este filme.

Marchaba con la premisa de que no me iba a gustar, no por las críticas, no porque no se hubiese llevado seis estatuillas, si no porque nunca me había atraído el género musical.
Estaba equivocado, con esta película no sólo he descubierto un género, también una forma fantástica de hacer cine.

La cinta rezuma magia por todos lados, la química entre los protagonistas no puede ser mayor. En ningún momento me ha parecido pesada, a pesar de sus 128 minutos.
Al contrario, me he fusionado con la película, me ha sacado sonrisas, me ha sacado lágrimas, me ha sacado el ritmo... Nunca una película me había hecho sentir tantas emociones.

Y tras esta pequeña y humilde crítica solo me queda decir una cosa: Bravo Chazelle, y gracias por este maravilloso film.