Pensaba que me decepcionaría, una americanada más, otra moto que le compro a Hollywood, esta vez me equivocaba.
Nada les sale bien, las agresiones físicas y psicológicas se suceden sin que uno pueda parar de reír y compadecerse de estos fiesteros desafortunados. Como si de 3 Ben Stillers se tratara el director no tiene compasión y pone todas las humillaciones del universo al servicio de la risa.
Cierto es exagerada, increíble, que mas da, los momentos de Mike Tyson o del tigre son realmente divertidos, el cuñado un ser de otro planeta y el calzonazos y el ligón son el reflejo de gente que mas o menos todo el mundo conoce.
Además yo como fiestero aficionado, reconozco que en una noche todo puede volverse loco, uno puede arrancar señales de tráfico, robar un semáforo, pintar un falo en la plaza del pueblo, tapiar la puerta a un vecino o hacer rafting subido a un barco de plástico, por eso me parece más divertida aún porque las fiestas son así y las resacas también solo que yo me acuerdo de todo y los protagonistas de esta historia no.
Viva la fiesta...